Culturarte: Ni clases, ni castas

Por: María Elodia Zurita Argáez

¡Hoy también es un gran día! En este mes, específicamente el 22 de Abril de 1797, por disposición del gobernador Miguel de Castro y Araoz, y a iniciativa del doctor José Eduardo de Cárdenas y Romero, dio inicio la mensura de las tierras de San Antonio Río Seco, y con ello, la fundación de San Antonio de Los Naranjos, en lo que hoy sería el primer cuadro de la ciudad Heroica de Cárdenas, cabecera municipal y la ciudad más grande del municipio de Cárdenas; es además, la segunda ciudad de mayor importancia económica, académica y política del estado.

Y nada está seguro de sí mismo /ni en la semilla en germen, /ni en la aurora la alondra, ni en la roca el diamante,/ni en la compacta oscuridad la estrella,/¡cuando hay hombres que amasan /el pan de su victoria /con el polvo sangriento de otros hombres!. Fragmento del poema Civilización, de Jaime Torres Bodet.

La ciudad lleva el nombre del ilustre Dr. José Eduardo de Cárdenas y Romero, a cuya iniciativa se fundó la población en terrenos de su rancho «Los Naranjos», donados por él. El nombre original de la población fue San Antonio de los Naranjos, pero el 2 de enero de 1851 se le cambió el nombre por el de San Antonio de Cárdenas. En 1868, el Congreso del Estado emitió un decreto otorgándole el título de “Heroica” a la villa de Cárdenas en premio a su patriótico comportamiento en la defensa del estado contra los invasores franceses.

José Eduardo de Cárdenas y Romero, luchó con todo su esfuerzo para lograr la independencia de Tabasco de la Capitanía General de Yucatán, sentando los cimientos básicos para lograr que se separara Tabasco definitivamente de Yucatán y se declarara como estado libre y soberano.
Nació en Cunduacán, Tabasco, y desde muy temprana edad mostró su especial capacidad intelectual, pero sus padres, de escasos recursos, no tenían posibilidades económicas para darle una educación adecuada. Sin embargo, su tío político, Don Juan de Amestoy, coronel del ejército real de Tabasco, fue quien se hizo cargo de su educación y lo inició en el aprendizaje de la gramática latina. De pequeño aspiró a la carrera militar y llegó a obtener los cordones de cadete de las antiguas milicias reales. El obispo de Yucatán le otorgó una beca de estudios en el Seminario de Mérida, iniciando así sus estudios preparatorios de la carrera eclesiástica. A los 16 años, el obispo Piña y Mazo le confirió las cuatro órdenes menores y le autorizó para dar pláticas doctrinales. Ocho años después se trasladó a la Ciudad de México para recibir las órdenes mayores. En 1788 recibió el nombramiento de vicerector del Colegio de San Juan de Letrán. En 1797 retornó a su tierra natal Tabasco, ocupando diversos cargos importantes que le fueron asignados por el obispo de Yucatán, entre los que destacan cura de la villa de Natividad de Cunduacán y el de Vicario honorario in Capite para Tabasco. También fue nombrado Comisario de la Santa Inquisición en Tabasco.
En agosto de 1810, el Ayuntamiento de Villahermosa lo nombró Diputado por Tabasco a las Cortes de Cádiz, España, en las que contribuyó defendiendo los intereses de la provincia de Tabasco, presentando el célebre documento “Memoria en favor de la provincia de Tabasco” en la exponía la situación de abandono y protestaba por tal razón y proponía las posibles soluciones; solicitaba la independencia del Obispado de Yucatán, ya que las autoridades yucatecas solo se llevaban los recursos económicos y dejaban a la provincia en el abandono.

También participó en la elaboración de la Constitución de Cádiz.

En su honor, la ciudad Heroica Cárdenas y el municipio de Cárdenas llevan su nombre. El 2 de abril de 1897 se develó una estatua suya, en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México. En el año de 1997 fue develada en su honor una estatua en la ciudad de Heroica Cárdenas y su nombre está escrito en el «Muro de Honor del estado de Tabasco» con letras de oro en el H. Congreso del Estado de Tabasco.

“Cuenta la provincia como con sesenta mil habitantes y por lo general sin excepción de clases, ni castas; dedicados a la labranza y la cría de ganado mayor…contado será el tabasqueño que sufra dignamente la nota de avaro…” así describía el Dr. José Cárdenas a sus paisanos en su obra “Memorias a favor de la provincia de Tabasco”.

¡Que esta sea una productiva semana para todos! La ciencia nutre la mente, la religión alimenta el espíritu, el arte enriquece el alma. Facebook: Mary Zurita. Correo: maryzurita2006@yahoo.com.mx

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