Alertan mexicanas por cáncer de mama

Octubre se pinta de rosa y los aires del otoño son acompañados por las innumerables campañas que invitan a las mujeres a tocar sus senos de manera periódica y a practicarse la mastografía por lo menos una vez al año. Lo que muchas veces les hace falta a estos mensajes, es que cuando una dama detecta “una bolita” en sus pechos, es porque hay millones de células cancerígenas que podrían estarse reproduciendo sin control, al tiempo en el que invaden otras regiones del cuerpo.

Por esta razón, las mexicanas necesitan estar en alerta roja ante la amenaza de cáncer de mama, sobre todo si en la familia existe algún antecedente. Aunque la autoexploración mamaria y la mastografía siguen siendo los métodos de diagnóstico de primera mano, hoy día se sabe que estos instrumentos aportan información que podría no ser tan oportuna.

Aunque cada año se conmemora el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, este tumor sigue ocupando el primer lugar de mortalidad e incidencia entre las mujeres. Uno de los investigadores que más ha estudiado esta neoplasia en México y el mundo, el doctor Horacio Astudillo de la Vega, señala que mientras las políticas de salud privilegien el diagnóstico temprano, en vez de las pruebas predictivas, se mantendrá la tendencia a la alza en los casos de cáncer de mama, la cual, de acuerdo con el científico, es de 15 por ciento.

“La tendencia global es que se incrementarán los casos de cáncer en general; para nadie es noticia que conforme avanza la edad aumentan las posibilidades de desarrollar algún tumor”, en este sentido, el director general de Nanopharmacia Diagnostica subrayó que tres de cada cuatro personas tendrán cáncer.

En un escenario ideal, nadie debería experimentar una dolorosa agonía a causa de un tumor, o una cruenta pelea en la que la pérdida de la cabellera es la menor de las consecuencias, ya que la ciencia ha desarrollado métodos de diagnóstico predictivos y tratamientos que lo podrían evitar.

“En cáncer de mama hay grandes avances, lo triste es que todo eso es inmensamente caro y lejos del alcance de la población”, dijo el doctor Astudillo, quien cada año se presenta en la reunión mundial más importante del cáncer.

¿Qué hace falta? “Si quisiéramos hacer campañas para disminuir la incidencia y mortalidad a causa del cáncer de mama, tendríamos que trabajar en los casos que se pueden prevenir, es decir, los que son hereditarios y con eso se podría abatir las muertes por este tumor hasta en quince por ciento”, dijo el oncólogo Astudillo, quien ha estado en el sector público durante más de veinte años.

Agregó que sumado a estos esfuerzos se tendría que mantener la incidencia en el diagnóstico temprano, con lo que la tasa de éxito llegaría hasta el 90 por ciento.

“El problema es que nada más gastamos en comprar más medicamentos costosos, operamos a más pacientes, adquirimos más mastógrafos, tomógrafos y equipamos más quirófanos en vez de enfocarnos en campañas de prevención”, advirtió Astudillo de la Vega.

En este sentido, dijo el que el costo de un solo medicamento innovador —los que anuncian no causar efectos adversos por ser blanco molecular—, puede ser superior a los ochocientos mil pesos, monto inalcanzable para la mayor parte de la población mexicana. Horacio Astudillo sostiene que invertir en la prevención siempre será menos costoso que tratar a un paciente con complicaciones, en este sentido cabe destacar que el análisis genómico, también llamado prueba molecular, tiene un costo que va en un rango de 20 a 50 mil pesos.

Aunque todavía hoy día algunas personas creen que el análisis genómico es inverosímil o de ciencia ficción, la realidad es que basta con un poco de sangre o algunas gotas de saliva para que una máquina escriba “el manual de vida” de quien se practica el examen.

La complejidad y sofisticación de estos análisis es tal, que en más de 50 por ciento de las veces, hace que el médico elija un medicamento más apropiado para su paciente, pues el que originalmente había prescrito podría no funcionar o dañar, más que sanar.

De acuerdo con el doctor Astudillo, optar por un modelo de prevención de este tipo ayudaría a salvar la vida de 500 mujeres cada año y así se comenzaría a detener la cifra de cinco mil decesos por año, que, como advirtió, tiene una tendencia a la alza.

“En cinco años las políticas de salud van a estar rebasadas y los presupuestos son incapaces de controlar el problema del cáncer, el cual se suma a las otras enfermedades catastróficas. Hace falta mucha voluntad por parte de nuestras autoridades sanitarias, ya que los programas de prevención son casi nulos”, subrayó Astudillo de la Vega.

En el sector público, las mujeres con cáncer de mama cuentan con el Seguro Popular; en la medicina privada cualquier paciente oncológico le puede pedir a su médico tratante que le practique el análisis molecular. “Para las personas que no puedan costear estos tratamientos, se ha hecho una alianza importante con la Fundación del Cáncer de Mama (Fucam), la cual dirige el doctor Fernando Guisa”, concluyó .

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