Culturarte / Enamorada del saber

Hoy también es un gran día para todos, especialmente para nosotras las tabasqueñas pues este será el mes en que exaltaremos la belleza de la mujer, rendiremos tributo a la gracia y el encanto de todas y cada una de las participantes de la elección de la Flor más Bella del Estado y no quiero dejar pasar la oportunidad para unirme a este entusiasta reconocimiento a la mujer.

A la mujer que desafió su tiempo y que hoy 17 de Abril se conmemoran 321 años de su fallecimiento. Aprendió a leer y a escribir a los tres años de edad, gracias a las lecciones que su hermana mayor le impartió a escondidas de su madre; se dice que esa corta edad descubrió la biblioteca de su abuelo, hecho que le dio la oportunidad de leer los clásicos, textos que más tarde la equiparían y serían el soporte para desarrollar sus habilidades impecables en la literatura: cultivó la lírica, el teatro, la prosa (su obra cumbre es “Los empeños de una casa”) y escribió autos sacramentales (obras teatrales con temas religiosos elaboradas con la finalidad de catequizar). Considerada entre los máximos exponentes del Siglo de Oro de la literatura española, recibió el nombre de El ave fénix de América, la Décima Musa, La décima musa mexicana.

¡Exactamente! Me refiero a Juana Inés de Asbaje y Ramírez Santillana, mejor conocida por todos como Sor Juan Inés de la Cruz; sus biógrafos escriben que el anhelo por el conocimiento era tan grande que en algún momento de su vida quiso disfrazarse de hombre para poder ingresar a la universidad, privilegio que en su tiempo era exclusivo para los hombres. Su nivel de exigencia personal era tan alto en el aprendizaje que si alguna lección no la aprendía correctamente cortaba mechones de su propio cabello, pues no le parecía bien que su cabeza estuviera cubierta de hermosuras si carecía de ideas.
“Yo no estimo tesoros ni riquezas,
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi entendimiento
que no mi entendimiento en las riquezas”

Fragmento de “Quejase de la suerte.

Siendo muy jovencita entró a la corte del virrey Antonio Sebastián de Toledo, Marqués de Mancera. Los especialistas especulan que Juana de Asbaje tomó los hábitos por una decepción amorosa y establecen que ella vio en la vida monástica la única oportunidad para continuar ampliando su acervo cultural, poyando su hipótesis en el hecho de la baja producción de su obra con temas religiosos. Ingresó a la Orden de las Carmelita, pero su disciplina era de una rigidez extrema que la hizo enfermarse, razón por la cual ingreso a la orden de San Jerónimo donde el ambiente era más relajado.

Sor Juana Inés de la Cruz fue una mujer excepcional y extraordinaria, esto lo evidencia su vida y sobre todo su obra, donde manifiesta sus vastos conocimientos y también su ideología y sus opiniones.

Imposible en este pequeño espacio profundizar en su prolífico y valioso legado, pero me gustaría compartir contigo como veía Sor Juana la mujer de su tiempo, que es la misma mujer en estos tiempos: como una mujer fuerte, capaz de manejar voluntades de las personas circundantes y los hilos de su propio destino ¡Qué interesante! ¿No Crees? Una opinión expresada hace tres siglos y es permanece tan vigente.
Que esta sea una productiva semana para todos. La ciencia nutre la mente, la religión alimenta el espíritu, el arte enriquece el alma.

Por: María Elodia Zurita Argáez.

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