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El coordinador de los Diputados panistas en San Lázaro, Marko Cortés, fue el responsable de manifestar su posicionamiento en tribuna al dar inicio al nuevo periodo legislativo.
Ante un salón de sesiones lleno, el líder blanquiazul manifestó, palabras más palabras menos, su “desprecio para senadores panistas que tienen precio”, esto como protesta y en franca alusión por la designación de Ernesto Cordero como presidente del Senado, avalado —en gran parte— por legisladores priistas.
Ese fue el tono que manejó Marko Cortés, y a unos metros, sentado en una curul, el aludido, exsecretario de Hacienda de la administración calderonista, Ernesto Cordero.
Al exaspirante a la candidatura presidencial panista del 2012 se le ubica muy cerca al matrimonio Felipe Calderón–Margarita Zavala.
Cordero fue electo por 77 votos, incluidos los de sus compañeros de bancada Roberto Gil, Javier Lozano y Salvador Vega, también miembros del grupo político Calderón-Zavala.
La designación de Cordero hizo clara la fractura que predomina en el PAN en estos momentos, quienes más cuestionaron la llegada del exsecretario de Hacienda a la presidencia del Senado fueron sus propios compañeros de fracción.
Marcela Torres, también legisladora del PAN, reprochó a sus compañeros “vender sus capacidades”.
La primer diferencia fuerte entre panistas se dio cuando el PRI vetó a las senadoras Adriana Dávila y Laura Rojas como propuestas para presidir el Senado.
Jorge Luis Preciado, otro panista cercano a Anaya, acusó a sus compañeros de vender al PAN.
El excoordinador de los panistas echó en cara a sus compañeros de partido, “lo que lamento es que a veces pueda más la cartera que la camiseta”.
Hace unos días, Ricardo Anaya, presidente nacional del PAN, le declaró la guerra al PRI, luego de que acusara que hay ataques en medios de comunicación dirigidos desde el gobierno federal en su contra.
