Orienta IEM sobre buen uso del lenguaje incluyente y no sexista

Cómo parte de las capacitaciones que ofrece todos los días el Instituto Estatal de las Mujeres (IEM) para formar una cultura de respeto y equidad en la población, este jueves se presentó el círculo de reflexión “Lenguaje incluyente y no sexista”, a cargo del maestro en Educación y colaborador del propio instituto, Uriel Collado Badal.

En su charla, dijo que el tema ya ha sido abordado en otras ocasiones y con otros participantes, pero debido a su importancia es necesario presentar diferentes expresiones en esta nueva forma de lenguaje incluyente, y que busca fortalecerse como parte de las estrategias para abatir todo tipo de violencia contra las mujeres.

Explicó que el objetivo de la plática es proponer a las y los participantes el uso del lenguaje incluyente de género para visibilizar a las mujeres, eliminar el uso del lenguaje sexista estereotipado y prejuicios androcéntricos, en los que los hombres constituyen el sujeto de referencia y las mujeres quedan invisibilizadas o excluidas.

Collado Badal puntualizó que hay diferentes formas de violencia hacia las mujeres, como verbal, física, sexual, discriminatoria, emocional, psicológico, económica, y de lenguaje, entre una gran gama, que todas demeritan al género femenino y van en su detrimento.

En su conferencia, ofreció algunos ejemplos de palabras que tienen diferentes connotaciones o significados entre hombres y mujeres, como zorro y zorra, aventurero y aventurera, lobo y loba, perro y perra, y hombre público y mujer pública.

“Mientras que estas palabras para los hombres pueden ser halagos, para las mujeres son ofensivas”, enfatizó.

Además, puso una muestra de las ofensas que reciben las mujeres en canciones populares, como en la letra de la melodía “Ingrata”, del conocido grupo Café Tacuba, que denigra y sobaja a las féminas, y que los músicos decidieron desaparecer de su repertorio en los últimos años como muestra del respeto al género femenino.

El también licenciado en Comunicación por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), describió al lenguaje como un instrumento de creación y expresión del pensamiento.

“Es un conjunto de signos que expresa lo que sentimos, vemos y escuchamos”, afirmó.

En tal sentido, agregó que el lenguaje es sexista cuando quien emite mensajes que debido a su forma (a las palabras escogidas o al modo de estructurarlas) o a su fondo, resulta discriminatorio por razón de sexo. Ese lenguaje, añadió, contribuye a elaborar imágenes negativas de las mujeres y perpetua la situación de postergación del sexo femenino a través de estereotipos.
Indicó que algunos ejemplos de lenguaje sexista son: bruja, gallina, lagarta, golfa, mujer pública, cortesana, manceba, vaca, perra, fulana, callejera, verdulera, soltera, mujerzuela, aventurera o parienta.

El maestro por la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) mencionó que cuando el lenguaje es sexista sus mensajes se emiten de forma discriminatoria en relación con el sexo, refuerza los estereotipos y prejuicios de género e invisibiliza a las mujeres.

Estableció que el lenguaje sexista se transmite por tradición, con refranes, familia, sociedad y cuentos; y mediante el uso cotidiano, con frases, chistes, dichos y piropos.
Con refranes como “No hubiera malos hombres, si no hubiera malas mujeres”. Con chistes: “¿Qué le dices a una mujer que tiene los dos ojos morados? Nada. Ya le dijiste dos veces”. Con piropos: “Si te agarro, te hago un hijo. ¡Te rompo en dos!”. Y con frases; “Calladita te ves más bonita”. “¡La que no enseña no vende!”.

El colaborador del IEM señaló que el lenguaje sexista también se hace con instancias socializadoras, como en el Trabajo, en formatos, oficios y trato desigual; en la religión, con la Biblia, sermones y roles; y principalmente en los medios de comunicación, en la radio, televisión, prensa y publicidad.

“Pero también lo vemos en la cultura, con canciones, libros, diccionarios y panfletos, así como en la educación, en libros de texto, trato desigual y en discursos. El campo del lenguaje sexista es inmenso, y todos debemos trabajar para eliminarlo. Aunque ya se está haciendo, aún nos falta mucho por hacer”, subrayó.

Detalló que los efectos del lenguaje sexista en las mujeres, las invisibiliza, excluye, minimiza, desvaloriza, discrimina, descalifica, las muestra como dependientes y las subordina.

Y por contraparte, aseveró que un lenguaje incluyente es el que hace referencia a toda expresión verbal o escrita que utiliza preferiblemente vocabulario neutro, o bien hace evidente el masculino y el femenino. También evita generalizaciones del masculino para situaciones o actividades donde aparecen mujeres y hombres, apuntó.
Uriel Collado concluyó diciendo que cuando promovemos el uso incluyente y no sexista del lenguaje, buscamos erradicar la discriminación en la comunicación, debido a que el lenguaje refleja la cultura y el pensamiento de las sociedades.

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