Vicente Fernández dice adiós

«Un artista necesita retirarse con mucha dignidad, en el mero momento, como yo empecé a cantar tres horas en cada presentación, yo no quise que algún día el público me dijera `no pues ya canta menos’ o `ya no canta’”, con estas palabras Vicente Fernández anunció la gira de despedida que culminará esta noche con la presentación en el Estadio Azteca de su concierto Un azteca en el Azteca.

“Yo quise retirarme con mis plenas facultades como todos ustedes me conocen. Mi voz está bien descansada. Cuando escucho el aplauso del público no sé de dónde viene la voz, pero la tengo durante tres horas. Tendrás que preguntarle a Dios para averiguar por qué me bendice cada vez que canto”, expresó el intérprete en una entrevista reciente.

Vicente Fernández es el último gran descendiente de la música ranchera, de una estirpe que incluye a Pedro Infante, Javier Solís, Tito Guízar, Miguel Aceves Mejía, Antonio Aguilar, Jorge Negrete y José Alfredo Jiménez, cuyas letras se han convertido en un legado de la cultura del charro:
“Porque le puso letra a nuestras emociones, porque musicó nuestro fracaso, porque supo vengarnos de los malos amores, por Chavela Vargas, por Lola Beltrán, por Vicente Fernández…”, dice Joaquín Sabina.

Vicente Fernández nació el 17 de febrero de 1940 en el pueblo de Huentitán El Alto, Jalisco, lugar que le dio su mote. Es hijo del ranchero Ramón Fernández y Paula Gómez Ponce de Fernández, quienes siempre lo apoyaron desde niño cuando soñaba con dedicarse a la música: “Desde lo que puedo recordar, cuando yo tenía 6 o 7 años, iba a ver las películas de Pedro Infante y le decía a mi mamá ‘cuando yo crezca voy a ser como ellos’”. A los ocho años recibió su primera guitarra y comenzó a estudiar música folclórica.

Se puso a cantar en restaurantes y bodas, además de vender lechuguillas de tequila hechas en su casa y con 14 años Vicente también ganó un concurso amateur de canto en Guadalajara y para 1960 recibió la oportunidad de mostrarse en un programa de televisión llamado La Calandria Musical, transmitido en la ciudad de Guadalajara. Poco después llegó a la Ciudad de México donde se incorporó a la plantilla del restaurante El Amanecer Tapatío.

A principios de 1963, su madre falleció de cáncer y en diciembre de ese mismo año se casó con María del Refugio, Cuquita, Abarca Villaseñor, su vecina en Guadalajara, con quien tuvo cuatro hijos: Vicente, Gerardo, Alejandro y Alejandra. Además comenzó a trabajar en el cabaret El Sarape, donde consiguió un sueldo como cantante.

Un año más tarde se unió a un par de grupos de mariachi populares en la época como el Mariachi Amanecer de Pepe Mendoza, y el Mariachi de José Luís Aguilar (Felipe Arriaga), por lo que se mudó definidamente a la Ciudad de México y posteriormente, a través de la emisora de radio XEX-AM pudo llegar a audiencias más grandes y alcanzar fama local.

Se presentó en el Teatro Blanquita y para el verano de 1966 firmó su primer contrato con una disquera. CBS México (hoy Sony Music) grabó sus primeros éxitos como: “Perdóname”, “Cantina del barrio” y “Tu camino y el mío”, que gradualmente fueron aumentando su éxito.

Después llegaron discos como Palabra de rey, Vicente Fernández y Ni en defensa propia, que lo llevaron a Televisa, a programas en vivo con Raúl Velasco, que le dieron proyección internacional, sobre todo con el tema “Volver, volver” que posteriormente grabaron cantantes como Raphael, Nana Mouskouri y Concha Buika. Con esta canción rompió todos los récords de ventas en América Latina, España y Estados Unidos.

Su faceta cinematográfica no impidió la consagración musical con álbumes como El ídolo de México, El rey, El hijo del pueblo, La Ley del Monte y Para recordar, cuyas canciones entraron al cancionero popular de todos los mariachis en el que se incluyeron los covers de José Alfredo Jiménez como “Las llaves de mi alma” y “Que te vaya bonito”. Viendo hacia el futuro, en 1975 Fernández sube al escenario a su hijo Alejandro, de cuatro años, y cantan juntos por primera vez.

“Mientras ustedes no dejen de aplaudir, su Chente no deja de cantar”, una frase que comenzó a usar en los años 80 en sus extensas presentaciones. En esos años volvió a dar voz a los temas de José Alfredo Jiménez y pasó largas giras en Sudamérica, principalmente en Colombia y construyó un rancho de 500 hectáreas, cerca de Guadalajara, llamado Los Tres Potrillos en honor a sus hijos.

En 1983 presentó su álbum 15 Grandes con el Número Uno del que se vendió más de un millón de copias y un año más tarde ofreció un concierto histórico en la conmemoración de la independencia de México, en la Plaza de Toros a la que acudieron más de 54 mil personas, según las cifras oficiales.

Para 1987 destaca el lanzamiento de Dos Corazones, un álbum a dueto con Vikki Carr con quien también se presentó en diversos escenarios y dos años después el álbum Por tu maldito amor que también rompió récords de ventas.

En los años 90 volvió a dar voz a los temas del llamado Hijo del Pueblo, con el disco Las Clásicas de José Alfredo Jiménez y durante la década cosechó éxitos con canciones como “Qué de raro tiene”, “Lástima que seas ajena”, “Aunque me duela el alma”, “Me voy a quitar de en medio” y las clásicas de “Acá entre nos” y “Mujeres divinas”, escritas especialmente para Vicente, por parte del compositor Martín Urieta.

Posteriormente realizó una serie de homenaje, primero a Los Dandys y luego a Agustín Lara; lanzó otros discos inéditos como La tragedia del vaquero y de éxitos como The Living Legend (La leyenda viviente). Su último gran éxito lo obtuvo en el 2007 con el disco Para siempre y su sencillo “Estos celos”, además de una colaboración a dueto con Tony Bennet.

Reunió a más de 220 mil personas en el Zócalo el 14 de febrero de 2009, cuando fue el cierre del Festival Bésame Mucho. Actualmente, es el cantante más reconocido de música ranchera, y ha vendido poco más de 65 millones de copias en todo el mundo.

Chente en el cine. Más de medio siglo de trayectoria es lo que tiene Vicente Fernández. El Charro de Huentitán que no sólo ha conquistado a su público con la música sino que también tiene una faceta filmográfica que suma 34 filmes como actor y 21 como productor.

Su llegada a la pantalla grande se dio de la mano de Alejandro Galindo, quien le dio el protagónico en Tacos al carbón (1971), en la que compartió créditos con Adalberto Martínez Resortes y Fernando Soto Mantequilla. Un par de años después con René Cardona hicieron la película Volver, volver, título de su primer éxito internacional.

Chano Urueta también tomó su tema “Tu camino y el mío” para mostrar en el cine y José Estrada, papá de Luis Estrada, estrenó el filme Uno y medio contra el mundo (1973) en el que Chente da vida a un pueblerino que emprende una aventura que le cambia la vida; con él mismo filmaría El albañil (1975). De la mano de René Cardona también actuó en El hijo del pueblo (1974) y Jalisco nunca pierde (1974).

Después de una breve aparición en La loca de los milagros, que protagonizó Libertad Lamarque, y de protagonizar Juan Armenta, el repatriado, Vicente Fernández tuvo su primer gran éxito en la pantalla con La ley del monte, de Alberto Mariscal, que acompañó el lanzamiento de su nuevo disco, mismo que lo hizo más popular en El arracadas (1978).

Trabajó con Federico Curiel en Dios los cría (1977), para después también convencer a la audiencia con El tahúr (1979), de Rogelio A. González, en el que por primera vez incursionó como director asistente. Después protagonizó junto a Blanca Guerra, El coyote y la Bronca y formó parte de las dos primeras películas de Picardía mexicana de Abel Salazar a principios de los 80.

En esa época también el cineasta Rafael Villaseñor Kuri lo tuvo como protagonista en 15 de sus filmes, entre los que destacan Como México no hay dos (1981), Juan Charrasqueado y Gabino Barrera, su verdadera historia (1982), Un hombre llamado diablo (1983), Una pura y dos con sal (1983), Todo un hombre (1984), Acorralado (1984) y El embustero (1984).

Su más reciente aparición en cine también se dio con Rafael Villaseñor Kuri en Por tu maldito amor (1990) y Mi querido viejo (1991).

Premios y reconocimientos. Para Vicente Fernández el mejor reconocimiento que puede recibir es el aplauso del público, sin embargo, como un ícono de la música ranchera, las diferentes organizaciones de la industria, nacionales e internacionales, han distinguido el trabajo de quien esta noche se despide de los escenarios.

En 1991, después de lanzar álbumes con gran renombre como Por tu maldito amor y otros discos compilatorios, Chente demostró su influencia musical con el disco Y las clásicas De José Alfredo Jiménez, que le valió el premio Billboard y el Latin America Music Awards, como Artista Masculino Regional Mexicano del Año, que ganó en 1993 y 1994 con Lástima Que Seas Ajena y Aunque Me Duela El Alma.

Otro de los grandes reconocimientos que ha obtenido, es su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, que recibió en 1998 y con la cual rompió el récord de mayor asistencia a esta ceremonia en Los Ángeles.

También recibió el premio Billboard a la música latina por el álbum de éxitos Historia de un ídolo volumen II, presentado en el 2001. Un año después, Fernández fue reconocido por la Academia Latina de la Grabación como Persona del Año gracias a sus logros artísticos y por su donación al Fondo Nacional de Becas para Hispanos.

El Charro de Huentitán obtuvo en el 2010 finalmente un premio Grammy anglo, al Mejor Álbum Ranchero por Necesito de ti, el primero en sus más de cuatro décadas de carrera musical durante la edición 52 de esos galardones. Ese mismo año obtuvo el Premio Lo Nuestro como Mejor Artista Ranchero del Año y el Billboard en las categorías de Top Álbum Latino, Artista del Año Masculino y Álbum Regional Mexicano del Año en Solista.

Durante el 2012, de nueva cuenta el Billboard lo galardonó con los premios de; Artista del Año, Tema del Año y Disco del Año.

De nueva cuenta en el 2015, El Charro de Huentitán volvió a recibir el Grammy por su disco Mano a mano: tangos a la manera de Vicente Fernández, el segundo en toda su trayectoria.

Además tiene 51 álbumes que figuran en la Asociación de la Industria de Grabación de América (RIAA) con registros de oro, platino y ventas multiplatino.

El 23 de marzo fue proclamado como el Día de Vicente Fernández, en Las Vegas, Nevada, después de recibir el galardón Diamante por su carrera artística en aquel país.

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