Historias de amor y fortaleza

La ciencia estima que un cuerpo humano sólo puede soportar 45 unidades de dolor, una madre durante la labor de parto rompe esa barrera al soportar 57 unidades, pero sólo las madres que han extraviado un hijo saben que hay un dolor mucho más allá que es difícil de soportar, son las mismas madres que para sofocarlo año con año llegan a México en la Caravana de Madres Centroamericanas viajando desde los países como Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua.

El Movimiento Migrante Mesoamericano reporta que a lo largo de estas 11 ediciones de la Caravana, que realizan año con año entre 40 y 50 madres, se ha logrado la localización de poco más de 250 hijos desaparecidos a lo largo de las visitas a estados como San Luis Potosí, Querétaro, Aguascalientes, Jalisco, Guanajuato, Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala, Puebla, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Veracruz y el Distrito Federal.

Cómo surge la Caravana de Madres Centro Americanas

En 2004 surge por primera vez la Caravana de Búsqueda de Madres Centroamericanas con un grupo pequeño y de una forma muy precaria sólo cubriendo el sureste mexicano, sin embargo tras el apoyo de las organizaciones como el Movimiento Migrante Mesoamericano han logrado ampliar su radio de búsqueda.

En total son 18 o 19 días que permanecen en México recorriendo por las localidades más emblemáticas de la ruta migrante, mostrando en sus camisas o carteles las fotos de sus seres queridos, atravesando el país en un recorrido de más de 3 mil 880 kilómetros.

Este año se realizará en los meses de Octubre o Noviembre la Décima segunda Caravana de mujeres que buscan a sus hijos, hermanos o familiares que se extraviaron en su paso por México, las visitas obligadas son las cárceles, las morgues, prostíbulos, las vías del tren, entre otros lugares.

El Cuerpo 71/2013, no confirmado, aun hay esperanza

Este 10 de mayo Oscar Antonio López Enamorado estaría celebrando sus 26 años de edad en compañía de su madre doña Ana Enamorado, tal vez partiendo un pastel en San Pedro Sula en Honduras, sin embargo la realidad es otra, doña Ana lleva 6 años de intensa búsqueda por México para encontrarlo, donde el indicio más cercano que le han brindado las autoridades es el cuerpo marcado con el numero 71/2013 que fue cremado sin haberle tomado perfil genético que permitiera identificarlo plenamente.

En una plática con Novedades de Tabasco Doña Ana relata que eran las 05:00 Hrs. del jueves 31 de enero del 2008, cuando Oscar se despidió de ella para buscar una mejor vida en los Estados Unidos de Norteamérica, obligado por la presión social que existe en su tierra; lo acompaña una maleta con tres mudas de ropa y sus ganas por salir adelante para algún ser abogado; un ultimo abrazo afianza el amor de la madre con su único hijo.

El sueño americano no fue suficiente, Oscar logró llegar a Austin, Texas, pero conoció a dos sujetos con los que regreso a México y se instaló en Jalisco a donde fue su última comunicación con su madre el martes 19 de enero del 2010; Ana en su desesperación por no saber de Oscar llega a México el 15 de Octubre del 2012 junto a la Caravana de Madres Centroamericanas con quienes comparte su dolor.

No ha habido resultados pero tampoco se pierde la esperanza en los 44 meses que lleva buscándolo por todo México pero concentrando su atención en el estado de Jalisco donde fue el último indicio que hubo del él.

La familia le Ana le pide que regrese a San Pedro Sula, Honduras, ya que ha pasado mucho tiempo y su hijo no va a aparecer, palabras que la lastiman pues la esperanza de una madre es grande.

A la fecha sólo tiene el dato que el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) incineró en 2013 el cuerpo de un joven marcado con el numero 71/2013 que fue hallado colgado de un puente peatonal y levantado por la Fiscalía General de Jalisco (FGJ), pero sin tomarle muestra del perfil genético previo a cremarlo; aunque existen fotos del cuerpo no se distingue bien la persona, por lo que doña Ana sigue en la búsqueda porque no hay nada confirmado.

“No hay nada más emotivo que cuando una madre reencuentra a su hijo, eso nos llena de alegría pero a la vez tristeza porque no fue el nuestro, sin embargo se afianza en nosotras la esperanza por seguir buscando” detalló Ana para Novedades de Tabasco antes que el nudo en su garganta sofocara sus palabras.

Son las 10:10 Hrs. del 10 de mayo de 1990, doña Ana escucha por primera vez el llanto de Oscar al nacer, 26 años después sólo extraña el sonido de su voz, el silencio de las autoridades la aturde, pero el amor de madre le da aliento.

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