El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró que no existen pruebas claras para afirmar que la matanza perpetrada este domingo en Orlando (Florida) estuviera «dirigida» por extremistas ni que formara parte de un plan terrorista de mayor escala.
Así lo aseguró el mandatario tras reunirse con su equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca para conocer los últimos avances de la masacre, en la que fallecieron 49 personas.