Te cuento un cuento / Cierra tus hermosos ojos

Por: María Elodia Zurita Argáez

Hubo una vez una niña pequeñita como las estrellas que se asoman en tu ventana.
-¿Era enana? – Dijo Carlitos
-¡No, no, era enana!- contesto su mami
-Te dije era pequeñita, regordeta y feliz. Bueno, un día esta niña cerró sus ojos-
-¿Se murió?- dijo Carlitos abriendo grande, muy grande sus ojos.
-¡No! dije: cerró sus ojos y no los abrió-
-¡Mami! ¿Se murió?-
-¡Que no, que no se murió, simplemente cerró sus ojos!
-Mami, tú sabes que puedes hablarme de lo que sea, como la muerte, yo se que la gente se muere, y los animales se mueren y que los árboles se mueren y las personas se mueren, todo, todo se muere y cuando se mueren se van al cielo, porque hay cielos de personas, de animales, hay uno para perros y para gatos y así para todos- dijo muy seguro de sí
-¡Ah, muy bien, pero como te decía no se murió y deja de hablar de la muerte que a mí no me gusta!- replicó la madre de Carlitos. -En fin, como te decía solo cerró sus ojos, sus pequeñitos ojos fulgurantes, llenos de vida, para emprender un largo viaje-.
-Ahí está, te lo dije ¿se murió?- repitió Carlitos
-¡Bueno, que no, que no! y no vuelvas a decirlo porque no te sigo contando nada. Como te decía, emprendió un largo y maravilloso viaje que la llevó a los lugares más hermosos que uno pudiera imaginarse, donde los ríos eran de chocolate, solo había que meter un dedo para disfrutar un espumoso chocolate sabor a canela, los arboles la seguían a todos lados para que el sol no le quemara y si deseaba alcanzar las nubes las ramas de los árboles la sostenían y la subían hasta las nubes donde brincaba sobre de ellas como entre algodones; más tarde bajó al monte Everest y de ahí se deslizó en una avalancha de nieve que sabía a helado de limón, de fresa y vainilla.
-¡Uy, qué rico! Yo quiero estar ahí-
-Tú puedes estar ahí, las veces que tú quieras-
– ¡A poco!- dijo Carlitos abriendo sus ojos
-¡Claro! Todas las veces que lo desees-
-¿Y cómo?
-Ya te lo dije, cierras tus hermosos ojos por un largo rato y te imaginas todo lo que quieras- dijo su mami.

Acerca de Jorge Cupido

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