La migración infantil es un tema que preocupa a las autoridades mexicanas. Y Tabasco no está excepto de esa problemática.
Las cifras de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación es una muestra de la gravedad del problema.
De 2007 a junio de este año, las autoridades de Estados Unidos han detenido y repatriado a más de 30 infantes cuyas edades oscilan entre los 11 y los 17 años que salieron de Tabasco (23 hombres y 7 mujeres), dentro de un universo de 210 mil niños a nivel nacional que viajaron solos al vecino país del norte.
Los menores tabasqueños fueron entregados en territorio a sus familiares de acuerdo con el protocolo establecido, aunque tanto la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), como el Instituto Nacional de Migración (INM), prefirieron no revelar entidades de los pequeños.
Según los especialistas, la corriente migratoria de tabasqueños que abandonaron sus comunidades para tratar de alcanzar el llamado “Sueño Americano” se inició en los años 50´s, en la entidad, pero con el referente que eran migrantes adultos.
A nivel América Latina, México ocupa el primer lugar en la recepción de infantes repatriados por la unión americana, según cifras del INM, consultadas por Novedades de Tabasco.
Asimismo, nuestro país ocupa el primer lugar de América en la recepción de niños repatriados por autoridades americanas; en contraste, nuestro país es el segundo del continente que envía a pequeños indocumentados a sus países de origen.
Según estadísticas de la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación, los eventos de repatriación de menores migrantes mexicanos desde Estados Unidos, ha presentado una tendencia a la baja, desde 2007, cuando la expulsión era de 28 mil 249 niños y 9 mil 507 niñas, es decir un total de 37 mil 756 menores mexicanos no acompañados.
Para 2015 la cifra pasó a 20 mil 438 niños repatriados, 16 mil 549 hombres y 3 mil 889 mujeres, lo que representa un descenso del 60 por ciento.
Sólo en el primer semestre de este año el gobierno estadunidense devolvió a México, 6 mil 146 niños, 30 llegaron a Tabasco vía aérea, para ser entregados a sus consanguíneos.
A diferencia de los niños migrantes centroamericanos, los mexicanos carecen de protección estadounidense ya que no pueden permanecer más de tres días en los centros de detención migratoria con excepción de aquellos bajo sospecha de ser víctima de tráfico humano.
Los infantes centroamericanos deben ser atendidos por personal del Departamento de Servicios Humanos y de Salud y ser albergados, principalmente con un pariente ya establecido en Estados Unidos, mientras el juez migratorio resuelve cada caso en particular, los mexicanos son detenidos y si no existen pruebas evidencias para pedir una audiencia con un juez, son repatriados en cuestión de horas.
De los 28 mil menores repatriados a México, el 30 por ciento confesó que fue capturado por la Patrulla Fronteriza por primera vez, el resto, confesó haber sido aprehendido innumerables veces; 15 por ciento aceptó haber sido capturado, incluso, unas seis veces.
Los menores provienen primordialmente de ocho entidades Oaxaca (643), Sonora (545), Guanajuato (410), Michoacán (379), Chihuahua (375), Puebla (300) y Chiapas (263).
La Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), ni siquiera cuenta con algún programa para la vigilancia del procedimiento de los infantes que son repatriados.
VULNERABLES Y DESPROTEGIDOS
En su intento por cruzar la frontera, los niños migrantes son muy vulnerables a la explotación, a la trata y a ser víctimas de la delincuencia, por lo que la protección de sus derechos es una prioridad para el mandato de UNICEF en México.
En su portal de transparencia, UNICEF asienta que es fundamental asegurar que estos niños y niñas reciban un trato digno por parte de las autoridades, les sean respetados sus derechos y les sea garantizada la reunificación familiar.
Los niños, niñas y adolescentes deciden viajar solos para cruzar la frontera de los Estados Unidos en primer lugar por el deseo de reunirse con sus familiares, en segundo término por el deseo de mejorar su nivel de vida a través del desempeño de un trabajo y, por último, por el deseo de escapar de la violencia familiar o de la explotación sexual.
En los últimos años, los controles migratorios en la frontera de los Estados Unidos se han recrudecido. El desvío de flujos migratorios a zonas más inseguras para evadir dichos controles y la contratación más frecuente de traficantes de personas, pone en peligro la vida de los migrantes indocumentados, especialmente la de los niños y las niñas.
Los niños y niñas que deciden cruzar la frontera sin compañía pueden sufrir graves violaciones a su integridad física y a sus derechos humanos. Los niños migrantes pueden: sufrir accidentes (asfixia, deshidratación, heridas); ser enganchados a redes del crimen organizado; ser sometidos a explotación sexual o laboral; sufrir maltrato institucional en el momento de la repatriación o perder la vida en el momento del tránsito y cruce, entre muchas otras cosas.
CICLO MIGRATORIO
El niño sale del lugar de origen.
Llega a la frontera.
Cruza la frontera.
Es detenido por la autoridad migratoria del lugar de destino.
Es llevado a una estación migratoria.
El Consulado del país de origen coordina la repatriación.
Es trasladado al puerto de entrada de su país.
Se queda en un albergue de tránsito (Si es que existe)
Se localiza a los padres o familiares.
Es trasladado de regreso a su lugar de origen.
CIFRAS
38,000 niños mexicanos repatriados de Estados Unidos
30 salieron de Tabasco