“Buenas tardes señor, le vamos a molestar un momento con una revisión de rutina por su seguridad”, son las primeras palabras que recibió aquel ciudadano del automóvil Corsa amarillo, al que el oficial de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) instruyó con señas para aparcar a un costado de la carretera Cárdenas-Villahermosa, donde se encuentra la Base de Operaciones Mixtas (BOM), que diariamente revisa aleatoriamente 700 vehículos.
El sol marca la hora pico en la carretera Villahermosa-Cárdenas, las unidades de 4 y hasta 18 ejes viajan a una velocidad considerable de no más de 10 kilómetros por hora, unos uniformados de azul, traje de camuflaje y otros con camisas marrón, seleccionan vehículos al azar para inspeccionar sus cajuelas, guanteras, debajo de los asientos, así como que los documentos de las unidades y conductores estén en regla.
Son elementos de la policía preventiva, 2 de la Fiscalía General del Estado (FGE), 6 integrantes del Ejército Mexicano, 1 inspector de sanidad e inocuidad de la Sedafop, los que permanecen, por turnos, día y noche en la base de operaciones que desde su primer día desarmó a un ciudadano que estaba fuera de la ley.
El sol que quema la piel, la lluvia les azota en la cara, los mosquitos que molestan a partir de las 19:30 horas son sólo heridas parciales para ellos, el verdadero reto es mantener un trato cordial con aquellas personas que enfurecen por el retén e incluso los insultan.
La cola en el kilómetro 152.5 se ve un poco larga, el calor es agobiante, la experiencia de las autoridades es que quienes seguramente se inconformarán por el punto de revisión son quienes no traen aire acondicionado, tienen prisa o aquellos que por azares del destino han sido revisados en más de dos ocasiones.
Un vehículo tipo Humvee y una camioneta de la SSP son los vehículos asignados para cualquier eventualidad; dos baños portátiles, tres garrafones de agua purificada, dos torretas de alumbrado de alta intensidad para las noches, señalamientos, un camper, son todos los recursos que tienen los elementos para hacer la loable labor a favor de la seguridad del estado.
Las armas largas de los soldados y policías hace a la gente argumentar “parece que soy delincuente”, a lo que la única respuesta que pueden dar los uniformados es “disculpe la molestia señor pero precisamente es lo que estamos buscando”.