Matthew ha bajado este viernes a categoría 3 cerca de la costa de Florida (EE UU), a la que se acerca con vientos de 195 kilómetros (120 millas) por hora tras sumir a haití en el caos y dejar 300 muertos. Según ha informado el Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE UU, ya no es seguro que el huracán vaya a tocar tierra en Florida. A las 2.00 hora local (6.00 GMT), su ojo se hallaba 70 kilómetros (45 millas) al este de Vero Beach y 125 kilómetros (80 millas) al sureste de Cabo Cañaveral, el punto probable en el que puede tocar tierra, o no, en las próximas horas.
El CNH mantiene un aviso por huracán para una extensa franja costera desde Boca Ratón, en el sur de Florida, hasta South Santee River, en Carolina del Sur. Según un probable patrón de trayectoria, «el ojo de Matthew avanzará cerca o sobre la costa este de la península de Florida durante esta noche (del viernes), y cerca o sobre la costa de Georgia y Carolina del Sur el sábado». Aunque se espera que se debilite más a medida que pasen las horas, los meteorólogos del CNH prevén que Matthew siga como un «poderoso» huracán de categoría 3 a lo largo de su paso por Florida.
Más de dos millones de personas en tres de los cuatro Estados en alerta han recibido órdenes de evacuación por el ciclón más peligroso en una década. Las autoridades locales y federales urgieron a la población a no desoír las recomendaciones oficiales. Las consignas son evacuación y precaución. “Evacuar, evacuar, evacuar. Esto es serio”, reiteró a lo largo del jueves Rick Scott, gobernador de Florida, el Estado que, se teme, se llevará la peor parte de Matthew. Scott instó a los más de 1,5 millones de residentes de las zonas amenazadas a que “no pierdan tiempo” y se refugien en áreas seguras ante la inminente llegada del huracán.
El presidente estadounidense, Barack Obama, firmó este jueves la declaración de emergencia para Florida, Carolina del Sur y, ya en la noche, Georgia, lo que permitirá agilizar el envío de ayuda federal a los Estados que se espera resulten más impactados por el paso del ciclón. Florida teme que Matthew pueda dejar una destrucción masiva como no ha visto este Estado desde el paso del devastador huracán Andrew en 1992, que dejó 23 muertos y 25.500 millones de dólares en pérdidas. Matthew, de hecho, podría convertirse en el huracán “mayor y más poderoso” que golpea a EE UU en una década, señaló el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
“No hay excusas, hay que irse. El tiempo se agota y esto va a tener un impacto directo. La tormenta os va a matar”, insistió Scott. Pero entre los peores presagios y grandes preparativos, un alivio: según confirmó el alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez, el área donde se encuentra la urbe se ha librado de un impacto directo del huracán, que ahora amenaza sobre todo el noreste del Estado. Según anunció Giménez, algunos servicios públicos comenzarán a estar disponibles a partir de la medianoche, mientras que Miami Beach permitirá su acceso a las playas a partir del viernes. “Hemos sido afortunados en esta ocasión”, dijo Giménez.
Matthew ha puesto en alerta no solo a Florida. También la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, y el de Georgia, Nathan Deal, ordenaron el jueves sendas evacuaciones obligatorias. En total, más de dos millones de estadounidenses residentes en zonas costeras de estos Estados fueron llamados a abandonar sus hogares y acogerse en zonas seguras o en las decenas de refugios habilitados por toda la región.
El CNH advirtió poco antes de la medianoche que las evacuaciones no se deben limitar solo a las zonas costeras, sino que también deben producirse en algunas zonas del interior. Sobre todo aquellos que vivan en viviendas frágiles como autocaravanas o tráilers deben hacer caso de las autoridades y ponerse a seguro en áreas no amenazadas, subrayó el instituto.
“Queremos que todo el mundo se tome esto en serio”, había dicho horas antes la gobernadora Haley, que recordó que las personas que se resistan a abandonar sus hogares podrían quedarse aisladas. El cierre de negocios y gasolineras a lo largo del día significa que quienes decidan quedarse pese a las advertencias “no tendrán acceso ni a gasolina, farmacias o alimentos”, advirtió a los reticentes. Carolina del Sur dispuso el jueves más de un centenar de autobuses para trasladar a los que no tengan medio de transporte propio y abrió 38 refugios temporales, agregó.
En Georgia, el gobernador Deal también ordenó la evacuación obligatoria de más de medio millón de personas, que hasta la mañana del jueves había sido voluntaria. Hacía 17 años que no se instaba a una evacuación por huracán en la costa de este Estado, según la agencia AP.
La huida de los ciudadanos hacia zonas del interior provocó algunos atascos el jueves y que muchas gasolineras y tiendas de comestibles se hayan quedado sin suministros. Matthew también causó la cancelación de más de 2.800 vuelos hasta el viernes, en su mayoría desde Miami y Fort Lauderdale, informa AP. La amenaza de Matthew también ha provocado la suspensión del servicio ferroviario entre Miami y Nueva York, y el desvío de los numerosos cruceros que tienen en Miami uno de sus principales puntos de embarque.
Ante la amenaza del huracán, también el gigante Disney ordenó este jueves el cierre de todos sus parques temáticos en Florida, una medida que se mantendrá el viernes y que también han seguido los Estudios Universal y el parque acuático SeaWorld.
El CNH advirtió de que, debido a su trayectoria paralela a la costa, es difícil especificar si Matthew tocará o no tierra en algún punto concreto de la costa estadounidense en las próximas horas. Aun así, subrayó que se prevé que el ciclón tenga «impactos devastadores» a lo largo de «amplias porciones» de la costa este de Florida debido al fuerte oleaje, vientos «extremos» y lluvias «muy fuertes» que está provocando el huracán.