En las planchas del Servicio Médico Forense se encuentra el diminuto cadáver de un niño de tres años de edad que falleció al recibir un «escopetazo».
Disparo de arma de fuego que recibió a manos de su propio hermano con quien jugaba a las escondidillas en su hogar.
Esta tragedia ocurrió ayer por la tarde en la comunidad Allende segunda sección, perteneciente al municipio de Teapa.
Lugar donde acudió el representante social del ministerio público para llevar a cabo la diligencia correspondiente de levantamiento de cadáver del menor.
El pequeñito — de quien omitiremos nombre– localizó el arma de fuego, una escopeta propiedad del abuelo y se la enseñó a su hermano mayor.
Ambos empezaron a jugar con el rifle y con la inocencia que los caracteriza jamás pensaron que el arma estaba cargada.
De la nada se escuchó un impacto de bala, el más pequeño estaba tirado en el suelo a un costado del rifle.
El mayor echo a correr ante la detonación sin saber lo que había pasado.
La tragedia enlutaba a esta casa donde la autoridad investiga los motivos que habían para tener un arma se fuego cargada bajo una cama.