Cuento: El único que importa

De: María Elodia Zurita Argáez

-¡Ay! ¡Ay! ¡Auch! ¡Snif! ¡Snif!
-Preciosa ¿por qué lloras?
-¡No te importa!
-Bueno ¡pues no me importa!
-¡Aaaaah! ¡Ya ves, no te importa!
-¡Bueno, si tú lo dices!
-¡No, tú lo dijiste, tú dijiste que no te importa!… ¡y no insististe! Si te importara, insistieras en preguntar hasta que yo te dijera…
-¿Cómo? ¿Te torturo para que me respondas?
-¡Noooo! ¡Tú no entiendes! Me insistes, me preguntas muchas veces, para que yo vea que sí te interesa, hasta que yo te diga que me pasa.
– ¿Y después que hago?
– ¿Te burlas de mí?
-¡Nooooo! Te pregunto…Bueno, está bien, ahí vamos de nuevo ¿Qué te pasa, por qué lloras?
-De verdad, Quieres saber?
-Por eso pregunto…
-Bueno, está bien, te lo voy a decir: Lo que pasa es que tu no me quieres.
– ¿Que yo no te quiero?
-¡Así es! Ya casi no me dices que me quieres…
-¡Ah! ¿Y cuando te dije que no te quería? ¡Recuérdame!
– Bueno, eso no me lo dijiste…
– A ver si entiendo: ¿lloras por algo que no te he dicho?
– ¡Si!
-¿Y por qué mejor no recuerdas todas la veces que sí te he dicho que te quiero? ¿De todas las veces que te digo que tú eres la alegría de mis ojos, que eres mi princesa y muchas cosas más? a ver ¿de eso no te acuerdas?
-¡No mucho!
– ¿Ni un poquito?
-Bueno, si un poquito, más que un poquito. Me gusta mucho oír que me quieres mucho, mucho, mucho, mucho…….!mucho!
-Mi pequeña niña, tu estado de ánimo, no puede ser determinado por lo que alguien te diga o no te diga. Tú eres un ser amado desde antes de nacer y ya eras especial para aquel que te creó, ese te ama más que nadie y al final, es el único que importa.

Acerca de Jorge Cupido

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