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Liliana Carolina cursaba el cuarto semestre de la preparatoria, pero el 26 de octubre, hora y media antes de concluir su horario de clases, cayó desde un tercer piso de la Universidad del Valle de México (UVM) campus Tlalpan por la parte interna del cubo de las escaleras, y su cuerpo quedó a un costado de un cajero automático.
Le aventaron una sábana y retiraron a toda la gente de la escuela. Cómo es posible que le hayan aventado una sábana si no estaba muerta”, señaló Lilia Romero, mamá de Liliana, a la emisión televisiva de Imagen Noticias con Ciro Gómez Leyva.
La encargada de los servicios médicos de la UVM fue de las primeras autoridades escolares en llegar.
El papá de Liliana Carolina, Julio Francisco Ricalde, explicó que la de servicios médicos se comunicó con él: “Me dice que la niña está estable y le digo: oiga señorita ¿ya le hablaron a los servicios de emergencia? Aún no, en eso estamos… y le digo: ¿cómo que en eso están?”.
De acuerdo con sus padres, la joven de 18 años fue trasladada a un hospital privado hasta que la escuela evacuó a casi mil 800 alumnos. La ambulancia llegó al nosocomio 50 minutos después de la caída, a pesar de que está a 10 minutos de distancia.
La neurocirujana aseguró que Liliana Carolina llegó con signos vitales. “Pero lo que sí le quiero decir es que su hija ya llegó con una muerte cerebral”, relató el padre sobre el diagnóstico de la especialista.
Los testigos refieren cinco posibles motivos de la caída: Se iba a deslizar por el barandal de la escalera para descender tres pisos y perdió el equilibrio; estaba recargada en el barandal y dos de sus compañeros le levantaron las piernas provocando su caída; un compañero la abrazó y en el forcejeo ella cayó; ella estaba columpiándose en el barandal de las escaleras y no pudo sujetarse; la aventaron.
Liliana Carolina murió dos días después y lo que era una investigación de un accidente se convirtió en un probable caso de homicidio doloso.
Su madre dijo que la escuela limpió todo. “Tan es así, que los peritos echaron sales especiales para saber dónde había quedado la sangre”.
Las autoridades escolares lo niegan: “Cuando llegaron (a las 22 horas) a hacer el peritaje, a tomar fotografías, la zona estaba intacta”, afirmó Sophie Anaya, vocera de la UVM.
Los padres de Liliana aseguran que cinco días antes su hija fue amenazada por una compañera, ya que había un conflicto entre dos grupos de alumnas desde hace meses. Pero las autoridades escolares también lo niegan.
