Culturarte: “Con mi 30-30 me voy a marchar”

Por: María Elodia Zurita Argáez.

¡Hoy también es un gran día! Este domingo recordamos el suceso más importante del siglo XX de la historia de México: La revolución mexicana; pero ¿Por qué los mexicanos nos rebelamos en 1910? Los mexicanos ya nos habíamos independizado de España, entonces ¿Por qué necesitamos iniciar un movimiento armado para liberarnos? ¿Por qué los mexicanos estábamos tan enojados que iniciamos una revolución?

De todos es sabido que la rebeldía es producto de la injusticia, de la inconformidad, de la decepción, del enojo, del dolor; nadie, ni uno solo, se rebela si se siente satisfecho con lo que tiene, si se siente respetado y valorado, nadie se rebela, si es parte de, en igualdad de oportunidad que los demás.

A principios del siglo pasado, durante el gobierno de Porfirio Díaz Mori nuestros connacionales no se sentían ni satisfechos, ni bien, ni respetados y mucho menos valorados: la población indígena se vio sin posesión de tierras y tuvo que emplearse en las haciendas cercanas; para 1910 menos del 1 % de las familias en México poseían o controlaban cerca del 85 % de las tierras cultivables. Además, las leyes y la situación nacional favorecían a los hacendados, pues eran los únicos con acceso a créditos y a proyectos de irrigación. Los pequeños pueblos y agricultores independientes se veían obligados a pagar altísimos impuestos y el 80 % de la población mexicana dependía del salario rural. También, las tiendas de raya se convirtieron en una práctica común en estos lugares en los que se otorgaban los salarios de los trabajadores en mercancía. Mediante este sistema se lograba que los trabajadores alcanzaran tal cantidad de crédito, que quedaban endeudados de por vida; la contratación por engaño o la adjudicación de una deuda inexistente eran cotidianas. En las haciendas los trabajadores eran vistos como esclavos u objetos de propiedad, existiendo prácticamente una especie de feudalismo. En el campo, el llamado Cuerpo de Rurales, era el grupo policíaco encargado de «resguardar la paz», generalmente a través de métodos brutales. Otra práctica de este grupo era la leva, o reclutamiento obligatorio. Como consecuencia, en 1906 empezaron a surgir numerosos movimientos obreros siendo notorios por la brutalidad de su represión: la Huelga de Cananea y la de Río Blanco. Por éste lamentable suceso, diversos intelectuales lucharon por defender los derechos de la clase obrera, como Lázaro Gutiérrez de Lara, Práxedis G. Guerrero, Juan Sarabia y Ricardo Flores Magón, intelectuales que se amparaban bajo las corrientes del pensamiento desde la ilustración hasta el positivismo.

La revolución mexicana convocada por Francisco I. Madero dio inicio el Domingo 20 de noviembre de 1910: el primer levantamiento fue en el municipio de Gómez Palacio, Durango, siendo ésta cuidad la cuna de la revolución; ahí, un grupo de rebeldes comandados por Jesús Agustín Castro asaltaron el banco de la ciudad y liberaron a los presos de la cárcel municipal invitándolos a formar parte de su causa. En total tuvieron lugar 13 levantamientos, destacando los de Pascual Orozco y Francisco Villa en Chihuahua; José María Maytorena y Eulalio y Luis Gutiérrez en Coahuila; Cesáreo Castro en Cuatro Ciénegas, Coahuila; José de la Luz Blanco en Cuchillo Parado, Chihuahua; los hermanos Figueroa en Guerrero; y Emiliano Zapata en Morelos.
La revolución nos legó una nueva nación: más democrática, con una identidad propia; prueba de ello son nuestros corridos que durante la Revolución mexicana tuvieron un gran auge y se enriquecieron aunque tienen su origen en el antiguo romance español. El corrido constituyó un medio de comunicación popular, por medio del que se contaban la vida y obra de los héroes de la revolución: “Con mi 30-30/me voy a marchar a engrosar las filas de la rebelión, / si mi sangre piden mi sangre les doy / por los habitantes de nuestra nación”. Fragmento de corrido Carabina 30-30. Francisco el Charro Avitia.

¡Que esta sea una productiva semana para todos! La ciencia nutre la mente, la religión alimenta el espíritu, el arte enriquece el alma. Facebook: Mary Zurita. Correo: maryzurita2006@yahoo.com.mx

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