“Fue un hecho cobarde…”, alcanzó a decir Ana Gabriela Guevara pues la voz se le quebró y ya no pudo emitir más palabras mientras era arropada por aplausos de senadores y colaboradores del Senado.
“Temí por mi vida con ocho piernas repartiendo patadas por todos lados…”, reconoció después al relatar la manera en que los cuatro sujetos la tundieron a golpes y patadas en todo el cuerpo.
Guevara acudió al Senado a compartir su agresión. Fueron varias veces las que se le quebró la voz, pero la senadora retomó fuerzas y acusó que la suya fue una agresión de género, de violencia contra las mujeres en México.
Por ello anunció que subirá a redes sociales una fotografía diaria de su rostro golpeado, donde luce moretones y heridas así como la evolución que tenga de esas agresiones pero sobre todo luchará aún más para erradicar la violencia contra las mujeres en nuestro país.
“Pude haber seguido esta conferencia con lentes, pero quiero que la gente me vea. (su rostro golpeado). Voy a subir una foto diaria en nombre de esas mujeres violentadas y golpeadas”, aseveró.
Arropada por los coordinadores de todos los partidos, Guevara agradeció la solidaridad de sus compañeros senadores, de quienes durante la agresión trataron de ayudarla, de las autoridades y confió en sobreponerse a esta situación aunque reconoció que no será fácil, pues más que el dolor físico es la impotencia de la vulnerabilidad y riesgos a que están sometidas las mujeres en México.
“No es justa tanta violencia; si hubiera tenido los huevos (el agresor) y solo me hubiera atacado él, habría hecho algo, aunque sea meter las manos, pero fueron cuatro… ¡ ni los animales hacen eso!”, fustigó.
Guevara aseguró que nunca puso su nombre ni cargo de senadora por delante ante los agresores y aguantó cada uno de los golpes que le propinaron tan solo por exigir que se hicieran responsables de un golpe que le dieron a su motocicleta.
Sin embargo, ellos respondieron con una agresión, por lo cual la senadora del PT exigió a las autoridades castigar a los responsables y aplicarles la sanción que corresponde a fin de erradicar poco a poco la impunidad que prevalece en esos casos, sobre todo contra las mujeres.
Aseguró que su cuerpo está lleno de moretes por las patadas que recibió en parte del torso, pero estableció que más allá de lo que ha sucedido, “es un hecho cobarde”.
“He sido siempre buena ciudadana. Yo no uso escoltas, no tengo chofer; ando en mi moto y nunca, más bien promoviendo siempre el buen haber entre la ciudadanía. Creo en mi país y creo que es donde tenemos que trabajar, no en la violencia, no en promover más violencia y en un basta a la violencia”, estableció.