La modelo británica Kate Moss protagoniza la portada de marzo de la revista W Magazine junto a Jennifer Lopez, Donatella Versace, Jessica Chastain y Taraji P. Henson. Pero la única que se animó al desnudo completo frente al lente de los fotógrafos Mert Alas y Marcus Piggott fue Moss.
Kate aparece sin ropa a sus 43 años en las páginas interiores de la revista, pero lo cierto es que ella tiene un objetivo muy claro: crear estrellas. Moss ha creado su propia agencia de modelos tras dejar la que la descubrió cuando tenía 14 años. No me gusta la gente bonita, quiero gente que cante, baile y actúe. Quiero crear estrellas”, dijo la modelo de 42 años en una de sus escasas entrevistas, después de abandonar la agencia Storm Models.
Quiero concentrarme en gestionar carreras, más que en una agencia de modelos”, aseguró Moss, en una reciente entrevista. Hija de un camarero y una agente de viajes, Kate fue reclutada para el mundo de la moda gracias a un encuentro fortuito en el aeropuerto de Nueva York, y es una de las pocas modelos populares en los años 1990 cuya carrera es todavía lucrativa. La Agencia Kate Moss (Kate Moss Agency) “podría transformarla de supermodelo a empresaria en ciernes”.
Moss, la duodécima modelo mejor pagada del mundo con 4,5 millones de dólares, fue recientemente la imagen de Calvin Klein, más de dos décadas después de posar por primera vez para la marca. Saltó a la fama en los años 1990 al amparo del sello “heroin chic”, una tendencia que glorificaba las drogas y la anorexia.
Pese a algunos escándalos —como unas fotos en las que parecía consumir cocaína—, su imagen no ha perdido atractivo y esta tapa así lo demuestra.