Recuperan sus ahorros de la subcuenta del Infonavit

A principios de enero, la CTM reveló que los trabajadores mexicanos jubilados y pensionados tienen ahorros por 30 mil millones de pesos en el organismo. Como parte del Pacto de Protección a la Economía Familiar, se les está buscando para devolverles ese dinero y dinamizar, en alguna medida, nuestra acechada economía.

“Fue como un milagro”

Doña María Mercedes Andalón, de 65 años de edad, pensionada del Seguro Social, vive en una colonia popular de la ciudad de Tepic, en Nayarit.

Para subsistir, aparte de su pensión, que no es elevada, tiene un pequeño puesto donde vende ropa.

Con cierta frecuencia no abre el negocio porque no cuenta con mercancía. A veces no puede resurtir por falta de dinero: “Si tuviera cierta liquidez, esto no me pasaría”, lamentaba hace apenas unas semanas.

Desde la Ciudad de México, una amistad le aconsejó que acudiera al Infonavit para ver si tenía saldo en la Subcuenta de Vivienda, y que de ser así, solicitara su devolución.

La señora Andalón creyó que se trataba de una broma, pero por curiosidad, días después se dirigió a las oficinas del organismo. Ahí fue notificada que contaba con algunos recursos ahorrados, correspondientes al tiempo, si bien escaso, que había laborado.

Posteriormente acudió con los documentos que le pidieron, y antes de dos semanas recibió una llamada telefónica para notificarle que su cheque está listo y que podría recogerlo en el momento que quisiera.

En unos cuantos días, doña María Mercedes tenía en sus manos poco más de 24 mil pesos, correspondientes a la etapa de su cotización, y de inmediato dispuso del dinero para adquirir mercancía y ampliar su negocio de ropa.

“Fue como un milagro”, señala en entrevista, y se declara feliz “porque yo no contaba con ese dinero y ahora que me lo dieron, he podido impulsar la economía de mi familia. Mi negocio ya está siempre abierto”, dice emocionada.

La señora Andalón es una de las miles de personas que ha recibido ya la devolución de sus ahorros administrados en la Subcuenta de Vivienda del Infonavit.

A principios de enero, la CTM reveló que los trabajadores mexicanos jubilados y pensionados tienen en aquel organismo ahorros por 30 mil millones de pesos, y los invitó a promover su devolución, a fin de mitigar la difícil situación económica por la que atraviesa el país.

Casa nueva y vacaciones

Originarios de Michoacán, don Alfredo Toscano Ramírez y su esposa se hicieron de su casa hace algunos años. Ambos dedicados a la docencia, terminaron de pagar su crédito, pero decidieron seguir aportando al Instituto. Un buen día decidieron que querían vivir en Querétaro.

Al llegar a esa ciudad, el señor Toscano acudió al Infonavit y, para su sorpresa, le fue otorgado un segundo crédito con el que pudo adquirir su nueva vivienda.

Al terminar de pagarla, contaban todavía con un saldo a su favor, por casi 140 mil pesos, que ya les fueron devueltos, y con los que llevarán de vacaciones a sus nietos a Cancún o a Los Cabos, “mejor a Cancún, porque ya conocemos Los Cabos”, grita su esposa y se oye por el auricular al término de la charla.

El director general del Infonavit, David Penchyna, dijo a Crónica que la Subcuenta de Vivienda “ha sido, es y seguirá siendo patrimonio de los trabajadores. Además del otorgamiento de créditos, el segundo objetivo del Instituto es albergar en la Subcuenta de Vivienda un ahorro a partir de las aportaciones de los trabajadores, para que cuando se retiren, cuenten con un recurso adicional al que obtienen de su jubilación o de su Afore”, concluyó.

La rodilla de la suerte

El señor Carlos Manuel Romero Ramírez tiene 72 años y vive en la ciudad de Querétaro.

Es jubilado del Seguro Social y padece osteoartritis, que le obliga a una cirugía en su rodilla.

Desea operarse, pero, en su más amplia libertad, busca la atención médica privada. No le alcanza el dinero que tiene. Buscó crédito en bancos y ente amistades sin ningún éxito.

Un compadre suyo le dijo que si no había hecho efectivo su crédito de vivienda en Infonavit, solicitara la devolución de su ahorro.

Como dejó de cotizar durante varios años, don Carlos Manuel no se hizo ilusión alguna cuando fue a pedir informes. En media hora, le dijeron que sí tenía recursos, pero que ya los había retirado.

Como respondió que eso no era cierto, el personal del Instituto le pidió que volviera en dos semanas. Acudió y fue notificado que, en efecto, se trataba de un caso de homonimia, y en un par de semanas más tenía en su poder un cheque por poco más de 85 mil pesos.

“Saliendo del Infonavit me fui a ver a mi doctor para programar mi operación. Será a mediados de mes. Y todavía me quedó para festejar con mi familia, con atole y tamales, por el Día de la Candelaria”, dijo en entrevista.

A buscar papeles, a ver si le toca

Amalia Velázquez laboró durante 24 años en una empresa privada, aquí en la Ciudad de México, desaparecida ya hace tiempo. Hizo, a través de su compañía, sus debidas cotizaciones al Seguro Social y al Infonavit.

Al salir de aquella compañía, antes de su jubilación, como hacen muchos en esa etapa de su vida, no puso demasiada atención en cuánto había cotizado o reunido en los fondos de retiro o apoyo a vivienda, entre otros.

Se contrató los últimos años de su vida laboral en tareas diversas, sólo le pagan informalmente o a través de honorarios. Es decir, dejó de cotizar, y se olvidó aún más del tema…

Puso empeño en su trabajo, cumplió su ciclo laboral y se retiró.

Hoy no sabe qué hacer para conocer si cuenta con algún dinero de ese Instituto de vivienda.
Es el mismo caso que viven miles de trabajadores ya jubilados o pensionados, que aportaron al Infonavit y hoy desean tramitar sus reembolsos, en caso de que los tengan.

La señora Velázquez tiene una cantidad infinita de preguntas rumbo a una eventual recuperación de su inversión en dicho organismo, ya que, para empezar, su antigua empresa, en la que laboró durante años, cerró sus puertas hace más de dos décadas.

Después, luego de tantos años, no cuenta ya con recibos o copias de pago en donde se acrediten sus aportaciones y, por último, ignora si tiene derecho a alguna posible devolución ya que su jubilación es por parte del ISSSTE, toda vez que en sus últimos años laborales trabajó para una dependencia de gobierno.

La entrevistada asume la dificultad que representa una búsqueda sobre los comprobantes de aquel empleo, y los trámites burocráticos que quizás tendría que emprender, sobre todo a sus 90 años de vida.

Reconoce que jamás se le ocurrió acercarse al Infonavit a preguntar sobre si contaba con algún saldo ahorrado, sobre todo porque al dejar aquel empleo supuso que ahí acabarían todos sus derechos y obligaciones.

Como doña Amalia, hay cientos de miles de trabajadores jubilados y pensionados del Infonavit, en todo el país, que nunca hicieron uso de sus créditos para vivienda.

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