Justin Trudeau, primer ministro de Canadá, emprendió su viaje a Estados Unidos para entrevistarse este lunes en la Casa Blanca con el presidente Donald Trump, cuyo objetivo será fortalecer los vínculos económicos y evitar tensiones sobre temas como la inmigración, sobre el que ambos discrepan fuertemente.
Trudeau adoptó una postura de bajo perfil hacia Trump, un republicano que durante su campaña electoral prometió endurecer las políticas migratorias de su país y renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Canadá, Estados Unidos y México.
Antes de la reunión, Trudeau dijo que espera que ambos encuentren «muchos puntos en común».
En una conferencia de prensa el viernes, Trudeau también dijo que intentaría «defender y demostrar los valores canadienses», pero que buscaría hacerlo «respetuosamente y no desde un punto de vista ideológico».
La promesa de Trump de renegociar el TLCAN ha perturbado a los funcionarios canadienses, pese a que ha mencionado explícitamente a México en sus críticas del acuerdo de libre comercio, que calificó como asesino de empleos en Estados Unidos. Canadá envía un 75 por ciento de sus exportaciones a Estados Unidos.
Trudeau tenía muy buenas relaciones con el ex presidente demócrata Barack Obama.
Poco después de que Trump detuvo la entrada de refugiados a Estados Unidos y prohibió temporalmente los viajes al país de personas de siete países de mayoría musulmana, citando la necesidad de contener ataques de militantes islámicos, el primer ministro canadiense publicó en Twitter que los refugiados eran bienvenidos en Canadá.
Un funcionario de la Casa Blanca dijo que se prevé que ambos líderes discutan sobre varios tópicos, incluyendo el TLCAN y el oleoducto Keystone.