El Gobierno de Donald Trump estableció hoy las nuevas directrices para llevar a cabo las deportaciones de inmigrantes indocumentados en Estados Unidos, entre ellas acelerar el proceso legal, dar más capacidad a los agentes y eliminar las exenciones aplicadas previamente por la administración de Barack Obama.
Las directrices, firmadas por el secretario de Seguridad Nacional, John Kelly, indican que no solo se perseguirá a los inmigrantes indocumentados con cargos criminales violentos, sino también aquellos que hayan «abusado» de los beneficios públicos o que, «a juicio de un agente de inmigración, puedan suponer un riesgo para la seguridad pública y seguridad nacional».
Entre las nuevas medidas también se estipula aumentar en 15 mil el número de nuevos agentes dedicados a estas labores.
Figura la contratación de 10 mil nuevos agentes para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y 5 mil más de la Oficina de Aduanas y Fronteras (CBP).