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Barcelona se hizo con el liderato provisional de la tabla gracias a la victoria por 1-2 sobre el Atlético de Madrid en el encuentro disputado este domingo en el Vicente Calderón.
Durante media hora fue una lucha entre el Atlético de Madrid que hace todo bien salvo lo que importa y el Barcelona que sólo sabe sacar jugo del talento de sus tres fenómenos. El plan de Luis Enrique para tomar por asalto el liderato de la tabla era simple. Mandó una defensa de tres reforzando las bandas con Rafinha y Sergi Roberto apostándolo todo al contraataque y alguna genialidad. El Atlético cayó en la trampa.
Los rojiblancos creyeron haber encontrado la manera de desactivar el plan con sólo ceñirse a su sello de identidad siendo ese equipo incómodo, el de presión alta que corta la salida del rival que con solo aislar a Busquets e Iniesta ahogó al cuadro catalán y creaba una oportunidad tras otra.
Los locales tuvieron al Barcelona contra las cuerdas. Lo hacían ver como un equipo torpe en el que sólo lucían Ter Stegen y Umtiti; el arquero con un par de atajadas a los disparos de Gabi y Griezmann, el central al cuidar con celo a Gameiro y desviar apuradamente un disparo raso del ‘7’ rojiblanco.
Al Atlético sólo le faltaba acertar de cara a gol y esa, precisamente, fue su perdición.
En cuanto el Barcelona empezó a ganar terreno y encontrar a los tres hombres de adelante empezaron los problemas para los rojiblancos.
Al primer balón que lograron llevar al último cuarto de la cancha tuvieron una de peligro, con un disparo de Messi que de milagro no entró. El partido empezó a ganar en intensidad y ritmo conforme la MSN empezaba a dar señales de vida.
El reloj rozaba ya los 40 minutos cuando vino el primer susto para los colchoneros. Una contra que acabó con una carambola en el área tras un rechace al disparo de Messi y un gol de Luis Suárez anulado por mano. A partir de entonces, las oportunidades del Barcelona llegaron en cascada. Un cobro a una falta durísima de Gabi sobre Neymar en el borde del área en la que exigió que Jan Oblak, de vuelta tras dos meses y medio, se estirara para mandar a tiro de esquina. Un cabezazo de Piqué atrapado por el esloveno en la línea.
Atlético había desaprovechado la oportunidad de matar al gigante mientras estuvo dormido y empezaba a sufrir las consecuencias. Pasada la hora de juego llegó el error que materializó las oportunidades del Barcelona.
Una entrega de Gabi que acabó en un disparo de Luis Suárez que Oblak rechazó como pudo tan sólo para que Rafinha, en el contrarremate, completara la faena poniendo el 0-1 en el marcador.
Los locales, furiosos, se lanzaron inmediatamente en busca del empate. Lo encontraron a 20 del final, en el cobro de una falta de Busquets sobre Koke. El español envió un balón precioso al área que Diego Godín sólo tuvo que peinar para batir a Ter Stegen.
El ritmo del partido se intensificó y también los golpes. Mathieu tuvo que abandonar el terreno de juego tras una dura entrada de Ángel Correa, que le valió una amonestación. Gabi también vio la amarilla por una falta a Rakitic y hasta Fernando Torres se llevó una llamada de atención por la dureza empleada en la lucha por un balón.
Para entonces hacía ya un buen rato que el balón pertenecía al Barcelona y era el Atlético el que buscaba una oportunidad al contraataque. Era cuestión de tiempo que el balón encontrara a Lionel Messi en el área. Ocurrió a pocos minutos del final, a consecuencia de una falta en la que el argentino. Luis Suárez intentó el disparo, Savic se mete a tiempo para desviar pero deja el balón a modo para el ’10’, que no titubeó para marcar el 1-2 de la victoria y el liderato.
