Arbitraje de la Liga MX, de los mejores pagados

Los árbitros, jueces, referees, u otros oficiales de cualquier deporte, suelen ser duramente criticados gracias a sus decisiones por jugadores, el equipo completo y hasta por los aficionados.

Para muchos, el futbol es el deporte más universal y practicado en el planeta, y uno de los más populares en México. También es el deporte más controvertido y polémico; consecuentemente, los árbitros (que guían el destino del juego) suelen ser el “centro del huracán”.

Reza un dicho que ser árbitro de futbol es la profesión que ninguna madre quiere para su hijo. Sin embargo, si le dijéramos a alguien que obtendría en promedio 100,000 pesos al mes por pitar cuatro partidos de Primera División, seguramente lo pensaría un poco y, quizá, hasta se le resbalarían todos los cortes de manga perpetrados por miles de aficionados furiosos ante una marcación suya.

En México, la cantidad que puede percibir un silbante de la Primera División por actuar de juez central son 25,000 pesos; cantidad que, claro está, puede disminuir en virtud a que los hombres de negro son evaluados por la Comisión de Arbitraje de la Federación Mexicana de Futbol después de cada partido, por lo que de haber cometido errores significativos podrían ver reducidos sus honorarios, sin que, en ningún caso, desciendan más allá de 20,000 pesos por partido.

De cualquier modo, un árbitro central de futbol de Primera División en México puede percibir en promedio entre 80,000 y 100,000 pesos mensuales, siempre y cuando actúe los cuatro fines de semana.

Se trata de una cifra respetable y muy por encima del salario promedio de casi cualquier mexicano, profesionistas incluidos.

Entre su gremio son los más agraciados económicamente, ya que los árbitros asistentes (abanderados) y cuartos oficiales perciben la mitad que ellos (entre 10,000 y 12,000 pesos), y no se diga en el universo de los aproximadamente 500 silbantes que integran las ligas de Ascenso y Segunda División, que obtienen un sueldo que no se compara en nada.

Si la Federación Mexicana de Futbol y a la Liga MX les apetece, pueden darles las gracias a los más de 500 afiliados de la Asociación Mexicana de Árbitros. Con lo que gana un árbitro del futbol mexicano de Primera División pueden pagarle a seis de Costa Rica o siete de Honduras.

Las autoridades encabezadas por Decio de María Serrano, presidente de la FMF, han convertido a los árbitros en los quintos mejor pagados del mundo.

La Liga MX paga por sus nueve árbitros centrales cada semana 342,000 pesos… con 261,000 cubre los honorarios de nueve hombres de negro en Argentina y con 65,250 la nómina de los árbitros de Costa Rica para todos los partidos de una jornada en nuestro país.

La idea de fichar a árbitros extranjeros -para el futuro quizá- no es descabellada.

En entrevista para Crónica, el ex árbitro internacional, Eduardo Brizio Carter, dijo “los árbitros en la actualidad, no sólo en México, sino en el mundo, se han vuelto empleados de las Federaciones y eso hipoteca su opinión y juicio, siempre se van a ir por la sanción más leve”. Lo cierto es que, por primera vez desde hace 38 años, los árbitros han vuelto a parar la Liga.

Ahora mismo los árbitros están organizados a través de la Asociación Mexicana de Árbitros, que de acuerdo a su sitio oficial cuentan con 586 afiliados en toda la República. Y la Federación gasta al año más de 25 millones de pesos en el pago a los árbitros en todos los partidos de la Liga MX.

“Tristemente el arbitraje mexicano está en crisis”, aseguró Bonifacio Núñez, uno de los silbantes con mayor personalidad que ha tenido el balompié mexica­no. “Y lo está porque… ha metido mano gente que ni siquiera sabe y que no tiene la más remota idea de lo que es el arbitraje”.

Felipe Ramos Rizo, árbitro mundialista en Corea y Japón 2002, no opinó muy distinto de Núñez: “Creo que en el arbitraje hay una crisis general, una crisis de dirección y una crisis de árbitros”.

Ramos Rizo, quien dirigió 11 años en la Primera División Mexicana, aseguró para Crónica que el mal viene desde abajo, desde la detección de talento, ya que hay gente sin preparación que realiza esa tarea. “Los árbitros llegan sin preparación a la Segunda División y a la División de Ascenso; lógicamente nunca van a estar preparados para dirigir en Primera División. Por eso se acabó el talento, los árbitros internacionales de nombre… ¡en cinco años no va haber nada del arbitraje mexicano!”.

Ahora bien, en la liguilla el tabulador de sueldos es muy atractivo: por un partido de cuartos de final se le pagan al central 33,000 pesos; por uno de semifinales 44,000; y si es uno de los dos elegidos para la Gran Final, el sueldo por ese partido ascenderá a 66,000.

Como botón de muestra pondremos al silbante Jorge Pérez Durán, quien durante el torneo pasado, el Clausura 2013, dirigió 11 juegos en temporada regular que le redituaron una percepción económica de 220,000 pesos (si es que sus partidos fueron evaluados con calificaciones bajas), o de 275,000 pesos, si ocurrió lo contrario.

A ello había que sumar que en la liguilla, Pérez Durán actuó en las tres fases (cuartos de final, semifinales y final), lo que le redituó 143,000 pesos más para dar un total mínimo de 363,000 pesos y un total máximo de 418,000. Es decir, por 14 partidos que implicaron 28 horas de trabajo, Pérez Durán percibió un salario de entre 12,964 y 14,928 pesos por hora.

A esto debemos sumarle el bono de 50 mil de cada torneo por uso de imagen y el extra anual de 200 mil por el proyecto de capacitación de la FIFA que se le da a los 20 silbantes que tienen el Gafete FIFA.

EL SUEÑO DE SER ÁRBITRO.En el futbol hay quienes sueñan con ser los protagonistas del partido por sus goles y quienes prefieren verse reflejados en el juez que imparte justicia en la cancha, como José Vieyra Rivadeneira, un chavo de 19 años aspirante a ingresar a la Escuela Nacional de Árbitros (ENA), avalada por la Federación Mexicana de Futbol.

“Jugar al futbol me llamó la atención durante algún tiempo y lo jugué; pero luego me gustó más el arbitraje, a partir de que hace seis meses un vecino me dijo que necesitaba un árbitro y que él me podía enseñar lo básico, como es el reglamento”, comentó José, quien junto con 20 jóvenes más hicieron el examen de admisión en las instalaciones del Centro de Capacitación, ubicado sobre la avenida Imán.

“Empecé a dirigir en Texcoco, Estado de México; yo soy de allá. Llevo como 400 partidos llaneros dirigidos, y hoy puedo decir que me apasiona el arbitraje. Me gusta ser silbante porque es quien imparte justicia. Me gusta el liderazgo que tiene el árbitro; es la máxima autoridad y trata de llevar el juego por buen rumbo, siendo parejo hacia los dos equipos”, cuenta nuestro entrevistado.

Con el bachillerato terminado –requisito para todo aspirante-, dice José que si tiene el gusto de estar entre los elegidos, se olvidará de ingresar a la Universidad y estudiar una carrera, para dedicarse durante un año al curso de árbitro.

“En un futuro quiero ser licenciado en derecho penal –asegura-. Mis papás me apoyan. Me comentan que haga lo que yo considere, pero que trate de hacerlo bien. Mi idea es seguir arbitrando para yo mismo pagarme el curso”.

Ha hecho cuentas y sabe que si por partido le pagan $200 pesos, dos o hasta tres veces por semana, le saldrán bien las cuentas. Finalmente, todo requiere de una inversión.

La colegiatura mensual en la Escuela Nacional de Árbitros tiene un costo de 1,600 pesos. Un poco más de 21 mil pesos gastará en el año, entre mensualidades e inscripción –dos, de 2,100 pesos-, sin contar los gastos del material que utilice.

Los gastos se dividen en el examen de admisión 881 pesos; inscripción por semestre 2 mil 100 pesos (2 módulos) y 5 mensualidades por semestre de mil 600 pesos, lo que nos da un total de 13 mil 081 pesos.

“El examen fue fácil. Fue de conocimientos generales, todo en relación al futbol, como cargos en la Federación y en la FIFA, y nombres de árbitros, etcétera. Fueron 10 preguntas, con respuestas abiertas. El físico fue un poquito más complicado, porque hicimos ejercicios de resistencia y velocidad. Uno debe tener buena condición física. Para mí que saldré bien en los dos”.

Su idea respecto del arbitraje es clara: “Hay momentos para dirigir. Uno no puede vivir del arbitraje; hay que tener otro tipo de ingresos; por eso creo que hacer una carrera universitaria es fundamental en la vida”.

-¿Qué perfil debe tener un aspirante a árbitro?

“Principalmente, carácter, y también valores para sobrellevar a los jugadores y salir avante de cualquier cosa en la cancha” .–dijo José, quien mide 1.80 metros de estatura.

-Por el primer paso que has dado con el examen, ¿te ves como árbitro en un futuro?

“Sí, me veo dirigiendo. Sé que los árbitros a veces son los malos de la película. Siempre habrá críticas”.

*Los 21 muchachos que han hecho el examen de admisión para la ENA recibirán los resultados el 27 de junio. Los agraciados arrancarán el curso el 20 de julio próximo.

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