El horario de verano inició el 2 de abril, sin embargo, este lunes es cuando se empieza a sentir el verdadero cambio, pues hay que levantarse temprano y el reloj biológico le juega malas pasadas a más de uno.
A la mayoría de las personas les da sueño, pues no se duerme igual al inicio; si duermen a la hora «de siempre» descansarán menos que si lo hacen una hora antes en el horario habitual, que correspondería al tiempo de invierno.
Es normal estar somnoliento, con cansancio, tener dolor de cabeza y estar irritables.
Piensen que el cuerpo se adapta rápidamente, en una semana ya no se acordarán del cambio de horario.