Mónica Henao, una modelo colombiana afincada en Panamá que busca triunfar en el boxeo latinoamericano, está harta de que sus contrincantes la subestimen por su escultural cuerpo y de que antes de subirse al ring le suelten frases como «la modelito va a comer lona» o «se te va a romper una uña».
Si ya piensan que soy una princesita, imagínate qué dirán si llego al ring con estos guantes rosas», dijo la joven mientras se los ajusta antes de empezar el entrenamiento, al que acude vestida completamente de morado y fucsia, incluidos los zapatos.
Henao, nacida hace 29 años en Vista Hermosa, ciudad del departamento del Meta, decidió dar el salto al boxeo profesional hace poco más de un año alentada por su entrenador, al que recurrió en 2012 para perder los kilos de más que había subido después de nacer su hijo Santiago.
«Necesitaba perder peso para seguir trabajando como modelo y este es el deporte ideal», explicó
Su primera pelea profesional fue en abril de 2016 en la ciudad alemana de Potsdam, contra la serbia Sara Marjanovic, una cita que recuerda como si fuera ayer porque le deparó su primer gran triunfo.
«Nadie daba nada por mí, me veían muy flaquita, sin músculo, pero yo no puedo desarrollar mucha masa muscular ni levantar muchas pesas porque tengo que compaginarlo con mi carrera como modelo», explicó.
A los 30 segundos de que comenzara el primer asalto, Henao relató lo que pasó: «Tumbé a mi contrincante de un gancho derecho y todo el mundo se quedó alucinado con mi fuerza», cuenta orgullosa en un pequeño y sencillo gimnasio de la capital panameña donde se entrena como mínimo dos horas al día.
Su segunda competición fue hace apenas dos semanas en Palmar de Varela, Colombia, contra su compatriota Glenis Cardona.
El combate, que terminó empatado, generó gran expectativa entre el público, y la prensa local se hizo rápidamente eco de su historia.
Henao, que tiene unas medidas de infarto y llega a la entrevista en un Maserati de color rosa metalizado, es consciente de que su físico se ha convertido en un fuerte reclamo y que puede abrirle las puertas para conseguir su verdadero sueño: competir el año que viene por un título mundial en peso ligero.
Hay gente que piensa que yo solo quería un ratito de fama en mi carrera como modelo. Yo no hago caso a los comentarios, creo que cada uno tiene que luchar por sus sueños y abandonar los estereotipos», dijo la joven para quien el boxeo no es solo un deporte de «mujeres machorras y poco femeninas».
Henao, que llegó con su madre a Panamá hace diez años y que tiene en su hijo a su fan número uno, defiende a ultranza que la «rudeza» del ring se puede compaginar perfectamente con la «belleza» de las pasarelas.
El único problema, apunta, es que hay que disimular los moretones que producen los golpes cuando se acude a alguna sesión de fotos.
«El viernes pasado me hicieron una fotos y tuve que colocarme el pelo de otra manera y maquillarme mucho para taparme el moretón que tengo en el brazo», reconoce a la vez que se mira en el espejo las marcas de las peleas.
El primero de los cinco combates que tiene programados para lo que queda del año será el 21 de julio en Barranquilla.
«En Latinoamérica el boxeo femenino está full, especialmente en México, allí desayunan, almuerzan y cenan boxeo. En Europa empieza a despuntar poco a poco pero en Estados Unidos es casi inexistente», lamenta la colombiana.
«Nosotras podemos hacer ‘shows’ igual de buenos que los hombres y nos merecemos también estadios tan espectaculares como los que hay en Las Vegas», puntualizó Henao.