Mediante la prueba diagnóstica, el Instituto de Educación para Adultos (IEAT), ha contribuido a que habitantes de comunidades de Cunduacán dejen el rezago educativo y hayan avanzado en su superación, sin importar su edad o condición social, como son los casos de María Castillo Bautista y Maricruz Vicente Hernández.
María Castillo, de 61 años de edad y oriunda del ejido Emiliano Zapata, manifiesta su alegría de haber certificado sus conocimientos de primaria, lo cual le impulsa a buscar concluir sus estudios de secundaria.
A dos meses de haber presentado el examen diagnóstico, expresa que sus dos hijos siempre le apoyaron en la idea de estudiar, e indicó que tiene el deseo de retribuir a su comunidad los beneficios de los conocimientos obtenidos.
De igual forma, Maricruz Vicente considera que la edad y la pena no deben ser impedimentos para estudiar, sino al contrario: todos debemos buscar ser ejemplo de superación para las futuras generaciones.
A sus 29 años, considera que su familia está satisfecha con su actitud, e hizo un llamado a quienes aún no terminan su primaria o secundaria para que se acerquen al IEAT, y que incluso piensen en estudiar la preparatoria, porque todo ello redunda en bienestar propio y de los seres queridos.