Atrás quedó la época en la que las diferencias entre un par de zapatos deportivos que aparentaban ser de marca y otros que no eran evidentes para cualquiera. Eran diferencias burdas, fáciles de notar.
Hoy, las copias de los tenis de moda podrían engañar a expertos en propiedad intelectual y pueden ser distribuidas por cualquiera que tenga una computadora y una conexión a internet. Sería casi un insulto decirle a estas réplicas «tenis pirara».
El avance técnico en la industria de la falsificación, así como las posibilidades de distribución que internet le ha dado a esta mercancía, ha generado una discusión en torno al valor de un buen par de tenis, al de la marca y a la legitimidad de ofertas casi omnipresentes en línea que parecen demasiado buenas para ser verdad (o al menos, originales).
En su libro Knockoff (palabra cuya traducción más acertada sería «pirata») el periodista económico Tim Phillips describe la falsificación como «el segundo oficio más antiguo en la humanidad». Para la industria del calzado, el boom de la falsificación llegó a partir de la década de los ochenta, cuando las principales marcas de zapatos deportivos trasladaron su producción a fábricas chinas que operaban bajo su supervisión y licencia. A veces, estos fabricantes se aprovechaban del conocimiento adquirido trabajando para las grandes marcas y luego seguían produciendo zapatos idénticos a los de la marca, aun después de perder su licencia o en contra de la voluntad de sus clientes.
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Este es el caso de Horace Chang, dueño de la fábrica china que obtuvo la primera licencia para producir zapatos New Balance en el país, en 1995. En 1999, la licencia de Chang fue suspendida por producir más zapatos de los que New Balance había requerido y la compañía le pidió al fabricante que devolviera los moldes, materiales, etiquetas e insignias que le permitían hacer zapatos New Balance. Chang no sólo no los devolvió, sino que además siguió produciendo tenis marca New Balance en contra de la voluntad de la compañía y exportándolos a Taiwan, Hong Kong, Italia y Alemania.
Una réplica de Nike Air Force One encontrada en un tianguis.
Según Cop These Kicks, un blog estadounidense que se dedica a tomar imágenes de réplicas fabricadas en China a través de portales de compras en línea y a compararlas con sus contrapartes, los fabricantes con licencias para producir zapatos en China siguen aprovechando hoy en día los moldes y diseños que les suministran sus patrones para producir réplicas de sus productos por debajo del agua. Sin embargo, un fabricante chino de réplicas que en 2011 le abrió las puertas de su fábrica a un reportero del New York Times, afirmó que ahora las casas matrices mantienen un control muy estricto sobre sus fabricantes licenciados en China y los falsificadores como él se ven obligados a usar la ingeniería inversa para imitar los modelos originales en sus fábricas.
La práctica de falsificar zapatos y, en general, piezas de moda es casi tan vieja como las marcas. Sin embargo, en los últimos años, las copias no autorizadas de los zapatos de marca han empezado a parecerse tanto a los originales que podrían engañar a los consumidores y hasta a un coleccionista de zapatos.
La cosa real, encontrada en el mismo local.
Según Josep Folch, fundador de Si vas descalzo, uno de los distribuidores de moda online más prestigiosos de España, desde 2012 el mercado de los zapatos deportivos ha vivido un boom en los tenis de edición limitada: esas versiones de sus zapatos diseñados en colaboración con celebridades que, al ser producidas en números muy bajos, se agotan rápidamente y llegan a costar varios miles de dólares en la reventa.
Este sería el caso de los Adidas Yeezy 350, unos tenis diseñados por Kanye West que fueron lanzados a un precio de entre 200 y 350 dólares (dependiendo del modelo), se agotaron casi de inmediato y luego comenzaron a aparecer a la venta en eBay por un precio de 2.000 dólares. Folch afirma que los fabricantes de réplicas han aprovechado este fenómeno para suplir esta demanda adicional. Claro que imitar un zapato que está diseñado para ser exclusivo y distinto a los demás es un reto mayor al de imitar uno de varios millones de Reebok blancos. Los fabricantes chinos de estas versiones no autorizadas han estado a la altura.
La réplica vale 170.000, el original 330.000. Según el vendedor, tiene ambas en su tienda ya que van dirigidas a «públicos distintos».
Para Kike Marina, especialista de producto de Si Vas Descalzo, hoy en día es casi imposible distinguir una buena réplica de la cosa original. Esto debido a que, tan pronto como alguien publica los detalles que delatan a la copia, las fábricas en China corrigen el desperfecto y lanzan miles de nuevas y mejoradas copias. La afirmación fue confirmada por el equipo de Cop These Kicks, el cual ha reseñado varias versiones de las réplicas de Yeezys y ha visto cómo mejoran sucesivamente. Sin embargo, según el equipo de Cop These Kicks, siempre van a existir detalles que delatan a la réplica, como etiquetas borrosas o mal alineadas, pequeños manchones en las áreas de color y los «picos de viuda», un término de la industria que hace referencia a anomalías en los cortes de las piezas de cuero. Otro de los tips que los administradores de esta página me dieron para identificar una réplica está en la talla de los zapatos: según ellos, las réplicas rara vez vienen en las tallas 9, 10.5 y 11.5. Sin embargo, en el último año ellos mismos han logrado conseguir réplicas en estas tallas. Una prueba más de la sofisticación que han ido adquiriendo los fabricantes de réplicas.
Vans réplica a la izquierda y originales a la derecha. Según la gente de Cop These Kicks, los manchones de pegamento son siempre síntoma de réplica.
Y si se ven igual a los Yeezys, están hechos en las mismas fábricas y cuestan una fracción de precio en el mercado, ¿quién dice que unas réplicas de los Yeezys no hacen al cliente tan feliz como los legítimos Yeezys? Precisamente, esta es la pregunta que ha llevado a muchos antiguos coleccionistas de tenis de edición limitada a Repsneakers, un foro de Reddit compuesto por coleccionistas que, hartos de pagar valores muy superiores a los del mercado o de tener que esperar meses para poder obtener el par de tenis de sus sueños, se han dedicado a reseñar y coleccionar las mejores réplicas de tennis de colección que pueden conseguir en internet. «Prácticamente, ya sólo uso zapatos falsificados», le dijo uno de los moderadores del foro a la revista Complex en octubre del año pasado.
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Si los modelos de edición limitada han revolucionado la forma en la que se fabrican los tenis piratas (ahora réplicas, o versiones no autorizadas) internet ha cambiado la forma en la que se distribuyen y comercializan. Hace 20 años, para hacerse a un cargamento de tenis Reebok pirata era necesario sumergirse en eso que llaman «el mercado negro». Hoy, cualquiera con una computadora, una tarjeta de crédito y una conexión a internet puede recibir y distribuir copias de zapatos de marca desde la comodidad de su casa y sin levantar mayores sospechas.
Existen en la web decenas de páginas que se especializan en la venta de réplicas, muchas de ellas al por mayor. Dado que vender mercancía falsificada es un delito, la mayoría de estos sitios operan bajo url sospechosas y eternamente cambiantes (como las de The Pirate Bay). Sin embargo, cualquiera con habilidades de googleo básico y algo de persistencia (como yo), puede encontrar uno de estos sitios, no sin antes dar con unos cuantos que han sido cerrados por violar la propiedad intelectual de X marca. Así es como llegué a repswing.ru, una página que ofrece tenis Nike en versiones «Auténticas, perfectas y AAA». Según la gente de Cop These Kicks todos estos son términos usados en la industria de las réplicas para designar a los modelos con el mayor grado de fidelidad al modelo original.
Estas cuentas, que usualmente tienen nombres que combinan las palabras fashion, sports, wear, importaciones, moda, lifestyle etc., y ninguna dirección física de contacto, suelen ofrecer los tenis de moda (hace un año los Superstar, ahora los Nike Air Max) en combinaciones de color que no se consiguen fácilmente en los distribuidores autorizados y también a precios más bajos de los que estos ofrecen.
VICE se comunicó con los administradores de esta página, quienes aseguraron que su mercancía es original y se abstuvieron de hacer más comentarios.
En su libro La obra de arte en la era de reproductibilidad técnica, Walter Benjamin asegura que, con la posibilidad de reproducir una imagen de forma idéntica una y mil veces, las obras de arte habían perdido su cualidad de ser única e irrepetibles, cualidad a la que Benjamin denomina «aura». Supongo que también los tenis de culto están perdiendo algo de su aura con el auge y perfeccionamiento de sus contrapartes «falsas».
Pero, ¿qué tan original puede llegar a ser un zapato de marca alemana o gringa pero que fue fabricado en China? Si son cortados con el mismo molde y hechos en las mismas fábricas, ¿quién decide cuál es el zapato original? ¿Qué son quienes, conscientemente o inconscientemente, compran y usan réplicas de tenis que son casi idénticas y cuestan una fracción de lo que cuestan lo originales? ¿Son genios-idiotas o geniales-idiotas- felices?
Intrigas y gajes de un buen par de tenis en la era de su reproductibilidad técnica.