Tras poco más de un mes sin verse, este martes Julián Gil y Marjorie de Sousa acudieron al juzgado 12 en la Ciudad de México para debatir ante una jueza de la familia cómo serían las relaciones paternofiliales y sobre todo, a cuánto ascenderá la aportación del galán argentino para la manutención de Matías Gregorio, el bebé de tres meses de nacido que procreó con la venezolana.
Cerca de 80 minutos se extendió la audiencia que terminó poco antes del mediodía. Julián Gil fue el primero en abandonar el tribunal, serio y en silencio. A los pocos minutos fue visto en la calle comiendo unas quesadillas y luciendo mucho más relajado. No dudó en tomarse fotos con fans que lo abordaron.
Cuando se le preguntó cómo se sentía, admitió estar » un poco triste porque no se logró lo que queríamos… Lo ideal es que hubiésemos logrado algo hoy, pero no se logró».
El actor de 46 años confía en que próximamente podrían conciliar posiciones, pero no descartó llegar a juicio en caso de que sea necesario. Mientras él almorzaba, Marjorie de Sousa y su equipo de abogados abandonaron las instalaciones del tribunal. «No puedo decir ahorita nada ni lo puedo hacer» fueron sus expresiones mientras intentaba tomar el elevador para salir del edificio.
La audiencia estaba pautada para las 10:00 de la mañana, hora de México, siendo De Sousa la primera en llegar con 45 minutos de anticipación. Cuando los periodistas intentaron obtener declaraciones sobre lo que esperaba que ocurriera en la corte, la actriz de 37 años se limitó a repetir que estaba allí porque «se trata de mi hijo y de defender su futuro… Todo esto se ha llevado a un punto muy triste».
Como si estuviera corta de tiempo, De Sousa se alejó de los reporteros que aguardaron entonces la llegada de Julián Gil. A las 9:50 de la mañana, el actor y empresario entró al tribunal acompañado del abogado Rodrigo Carmona.
Sobre sus expectativas con el proceso, Julián Gil declaró que sólo esperaba «que las cosas sean justas sobre todo por Matías… aunque se está viviendo una batalla entre Marjorie y yo».
Ya en sala, Marjorie de Sousa y Julián Gil, quienes no se veían las caras desde el pasado 29 de marzo, tuvieron que sentarse juntos, mientras que sus abogados y representantes artísticos fueron asignados a otra área.
La jueza Lidia Robledo Gamboa, a cargo del proceso, comenzó con la apertura de una carpeta y el repaso, punto por punto, de las peticiones que ambas partes han sometido y sus respuestas.
En los primeros 50 minutos de la discusión, fue la representante legal de la actriz quien mantuvo la palabra mayormente, mientras que Julián Gil pidió que le suministrara una botella de agua.
Cabe mencionar que la seguridad en el tribunal fue redoblada tras la llegada de ambos actores y la policía prohibió que se tomen fotos o videos, tanto a la prensa como a los ciudadanos que tenían que presentarse en otras salas de la instalación.