Los líderes del G7 reunidos en la ciudad siciliana de Taormina firmaron hoy una declaración «sobre la lucha contra el terrorismo y el extremismo violento» que atribuye una elevada importancia a la seguridad en internet.
El texto fue firmado también por los presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y del Consejo Europeo, Donald Tusk, y fue presentado como un compromiso tras el atentado perpetrado el lunes en la ciudad inglesa de Manchester, en el que murieron 22 personas y 64 resultaron heridas.
El primer ministro de Italia, Paolo Gentiloni, presidente de turno del G7, anunció la firma de esta declaración, paralela a la final de la cumbre, que se producirá mañana, sábado, como «un mensaje de amistad, vecindad y colaboración» con Reino Unido.
Tomó la palabra la primera ministra británica, Theresa May, quien agradeció a sus socios la postura manifestada sobre este tema en el G7 y abogó por continuar «con determinación para garantizar a todos los niveles la lucha contra el terrorismo y proteger a nuestra gente».
En la declaración, de quince puntos y tres páginas, una de las medidas en las que más se ahonda es en la lucha contra el terrorismo en internet, espacio que «a veces ejerce como recámara de los actos de terrorismo», según apuntó Gentiloni en rueda de prensa.
En este sentido, el G7 realizó un llamamiento a los proveedores y servidores de internet, así como a las redes sociales, para «incrementar sus esfuerzos en la localización de contenido de índole terrorista».
También animaron a la industria a «desarrollar de manera urgente y compartir nueva tecnología y herramientas para mejorar la detección automática de contenido que incite a la violencia», según puede leerse en la declaración.
Asimismo consensuaron estrechar su colaboración para gestionar «el riesgo derivado de los combatientes extranjeros y su dispersión a su regreso de zonas de conflicto» así como invertir en su identificación y expulsión.
En tercer lugar el G7 expresó su compromiso de «reforzar los esfuerzos y tomar acciones para cortar los cauces y los canales de la financiación del terrorismo y del extremismo violento».
Igualmente, reconocieron «la importancia de compartir información entre las unidades de inteligencia financiera del G7 y también de la cooperación entre las autoridades competentes del sector privado».
El G7 se comprometió también a «cooperar para proteger el patrimonio cultural y luchar contra el tráfico» de este tipo de piezas, que a menudo acaban financiando a organizaciones terroristas, según indicaron.