Conflicto azucarero con EU pone en riesgo mil mdd anuales

El conflicto por el comercio bilateral del azúcar se ensombrece en medio de incertidumbre por un posible fracaso en las negociaciones entre México y Estados Unidos.

Ello pone en riesgo un volumen de ventas de mil millones de dólares anuales para la industria mexicana, 450 mil empleos directos y 2 mil 500 indirectos. Si fracasan las negociaciones, la puerta de salida será iniciar una guerra comercial contra la fructuosa estadunidense que podría poner en jaque a las refresqueras, pero que salvaguardaría la estabilidad del mercado nacional, de acuerdo con actores de la industria.

El próximo 5 de junio vence el plazo para que ambos países lleguen a un acuerdo sobre el comercio bilateral de edulcorantes, una negociación impulsada por las empresas estadunidenses que buscar limitar la presencia del producto mexicano en su país.

Originalmente las negociaciones debieron terminar el pasado 1 de mayo, pero ante la falta de acuerdos el plazo se extendió hasta junio. En caso de no haber acuerdo, los azucareros mexicanos tendrán que pagar aranceles de hasta 80 por ciento en promedio para introducir su producto a la unión americana.

La industria azucarera nacional ha sido exitosa en cuanto a producción como en el aspecto económico. Cada año las ventas a Estados Unidos ascienden a casi un millón de toneladas métricas, que generan ingresos por cerca de mil millones de dólares en promedio.

Datos recientes del Comité Nacional para el Desarrollo Sustentable de la Caña de Azúcar (Conadesuca) detallan que al corte del 14 de mayo de este año, México exportó un total de 890 mil 163 toneladas métricas de azúcar al exterior, de las cuales el 69 por ciento, es decir, 618 mil 521 toneladas de exportación, fueron destinadas a Estados Unidos y Puerto Rico.

El 14 por ciento, es decir, 121 mil 291 toneladas se exportan a diferentes países del resto del mundo, donde los principales compradores, después de Estados Unidos, fueron Canadá que adquirió 61.8 mil toneladas métricas, seguido de Singapur con 32.4 mil toneladas y Venezuela con 12.5 mil toneladas. Ello demuestra que Estados Unidos es el principal mercado para la industria azucarera mexicana.

El restante 17 por ciento corresponde a programas de exportación como IMMEX, el programa de reexportación del TLCAN.

Las pláticas para iniciar las negociaciones sobre los tratados de comercio bilateral de edulcorantes, denominados acuerdos de suspensión, iniciaron a finales de la administración de Barack Obama, pero quedaron en suspenso en vísperas de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.

En los últimos trimestres de 2016, las exportaciones mexicanas de azúcar observaron crecimientos de doble dígito en términos de toneladas métricas, registrando su mejor tasa en octubre, la cual ascendió a 47.6%, pero comenzó a desacelerarse hacia finales del año para cerrar en 20% en diciembre, como parte de la incertidumbre que comenzaba a permear en la industria, ante la llegada de la administración Trump y la incertidumbre sobre su política comercial. Esta racha a la baja siguió observándose en los meses siguientes y en mayo las exportaciones cayeron 28%.

MONOPOLIO. La industria estadunidense pide que los productores mexicanos incrementen sus precios de referencia. También piden que degraden la calidad del azúcar. Los acuerdos de suspensión establecían una calidad con un puntaje de 99.5: “Hoy en día la industria americana pretende reducir la calidad a 99.2 e inclusive poner penalidades si nos llegamos a pasar”, dijo Juan Cortina Gallardo, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera (CNIAA).

Estados Unidos también ha pedido que México envíe una mayor cantidad de azúcar cruda y menor cantidad de azúcar refinada, lo que sumado a la petición de reducir la calidad, implica que México tendría que mandar azúcar básicamente cruda y de baja calidad para ser procesada por refinadores estadounidenses: “Es una propuesta que, si la aceptamos, nos saca del mercado. Aceptarla y que nos pongan aranceles es prácticamente lo mismo”, enfatizó Cortilla Gallardo.

Actualmente, México exporta a Estados Unidos 47 por ciento de azúcar cruda y 53 por ciento refinada. Las empresas estadunidenses piden que se exporte tan solo 15 por ciento de azúcar refinada.

Estas peticiones son formuladas por dos empresas que pretenden limitar la entrada del producto mexicano para crear un monopolio azucarero en Estados Unidos. Las dos empresas que están cabildeando intensamente para buscar condiciones que desfavorecen a México son Imperial, una firma con capital de origen francés, y ASR Group, dueña del ingenio San Nicolás en México, de acuerdo con el directivo.

GUERRA. Cortina Gallardo dijo que de no lograr un acuerdo, México puede echar mano de las sanciones comerciales autorizadas recientemente por la Organización Mundial de Comercio (OMC) contra Estados Unidos, tras resolver que la unión americana incurrió en prácticas desleales que dañaron las exportaciones de atún mexicano, lo que le da derecho a México de imponer aranceles a la fructuosa estadounidense.

“El plan B es proteger el mercado interno”, destacó. Por ello la Cámara azucarera está promoviendo una investigación antidumping contra la fructuosa estadunidense, ya que tienen indicios de que este producto se está vendiendo en condiciones poco competitivas. La Cámara espera que la Secretaría de Economía (SE) evalúe el caso y emprenda la investigación.

“Este año vamos a tener una producción de 6 millones de toneladas de azúcar; el consumo nacional de este producto será de 4 millones 500 mil toneladas y el consumo de fructuosa será de un millón 600 mil toneladas. Si no entra la fructuosa americana, estaríamos totalmente balanceados como industria”, dijo el directivo.

Cortina, quien ha estado cerca de las negociaciones, afirmó que “ya no hay mucho que hablar. Sabemos cuál debe ser la posición de México. El gobierno de Estados Unidos sabe dónde están los límites y por qué”.

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