En una entrevista para el suplemento Laberinto, Raúl Renán aseguró que “el poeta nunca muere, nunca se acaba”. Pero el ser humano sí, y la madrugada de este martes el poeta murió a los 89 años de edad.
Nacido en Mérida, Yucatán, el 2 de febrero de 1928, Renán no sólo fue un poeta, narrador y editor, sino incluso un maestro de poetas, gracias a su labor como coordinador de talleres literarios en el INBA, la UNAM, en la Universidad Iberoamericana e, incluso, de inducción editorial para jóvenes.
Fundó y dirigió la editorial La Máquina Eléctrica, Papeles (pliego seriado de literatura), la colección Fósforos (cajas de poesía breve), y la revista Ensayo. También se desempeñó como coordinador del consejo técnico editorial del INBA, subdirector del Periódico de Poesía UNAM/INBA.
«Raúl Renán era querido maestro en el arte de la poesía y la generosidad”
Autor de títulos como Catulinarias y Sáficas, Viajero en sí mismo, De las queridas cosas, Henos aquí, Los silencios de Homero, Parentescos, A/salto de río (Agonía del salmón), Educación de la línea, El cadáver exquisito de un pez o Rostros de ese reino. Sus títulos dan cuenta del frescor inacabable, entre la tradición y el asombro, que el poeta Raúl Renán dota al cuerpo de la poesía mexicana, situándolo como uno de nuestros mayores poetas, en palabras de Daniel Tellez.
Pero quizá vale la pena recuperar un tuit del hombre de tweed, la cuenta literaria de Mauricio Montiel Figueiras, Coordinador Nacional de Literatura del INBA, donde define a Renán como un “querido maestro en el arte de la poesía y la generosidad”.
En una una autobiografía publicada en la revista Crítica escribió:
Fui un niño solitario que conoció las letras y su organización en palabras bajo un método arbitrario de un obrero, bajo cuya tutoría y la de su esposa crecí. El método fue conocer las letras por su figura y sonido, y con la combinación de éstos hacer las palabras. El tutor usaba el diccionario para escoger la palabra que había que organizar, armonizar, entonar, leerla de adelante hacia atrás y de atrás hacia adelante.Raúl Renán fue un niño solitario que conoció las letras y su organización en palabras bajo un método arbitrario de un obrero, bajo cuya tutoría y la de su esposa creció. El método fue conocer las letras por su figura y sonido, y con la combinación de éstos hacer las palabras.