Empleados de cadenas hoteleras están involucrados en la filtración de datos a redes dedicadas al fraude de vacacionistas.
“Se ha descubierto que los propios vendedores de membresías vacacionales o tiempos compartidos comercializan la información de los clientes con grupos criminales”, reveló a Crónica un representante de Grupo Vidanta, una de las empresas del sector turístico más importantes en América Latina.
Este diario publicó ayer que socios de esta modalidad han sido estafados por empresas fantasma nacionales y extranjeras, las cuales ofrecen comprar y revender sus membresías vacacionales a precios elevados, pero durante el proceso exigen un depósito de entre 4 y 6 mil dólares para culminar el papeleo. El dinero es atracado, sin dejar rastro.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Desarrolladores Turísticos (Amdetur), su logotipo institucional ha sido utilizado en correos electrónicos o comunicados —papel membretado— enviados a los vacacionistas, con el objetivo de disfrazar las estafas.
En los mensajes apócrifos también se han usado distintivos de organismos internacionales del turismo como American Resort Develpment Association (ARDA) y Canadian Resort Develpment Association(CRDA).
Como parte del engaño, en los escritos se indica a los socios “que pueden ceder los derechos de su membresía a través de empresas externas, fondos internacionales o fideicomisos, las cuales argumentan que ya cuentan con potenciales compradores”.
Además, los defraudadores fingen pertenecer al Banco de México, Secretaría de Hacienda y Crédito Púbico, Secretaría de Turismo y PGR.
“Cuentan con direcciones electrónicas falsas con terminaciones como @amdetur.gob, @secretariadehacienda.mx o similares y en sus teléfonos contestan como Amdetur, Hacienda y hasta SEIDO”.
COMPLICES EN CASA. Un asesor del corporativo “Vida Vacations” de Grupo Vidanta, con más de 100 mil socios de tiempos compartidos, accedió a la charla con Crónica… Por seguridad, lo identificamos sólo con el nombre de Diego, aunque la entrevista fue grabada.
“Ha habido filtración de una gran cantidad de datos personales de los socios, por eso han sido despedidos muchos vendedores e incluso directores. Uno de los casos más sonados fue el de un director de origen español que operaba en Nuevo Vallarta y quien vendió información confidencial a supuestas compañías extranjeras”.
—¿Qué clase de información?
—Nombres de los socios, teléfonos, correos electrónicos, edades, empleos, niveles, características y costos de las membresías… En los últimos tiempos es una práctica muy penada y perseguida dentro de la empresa, pero el departamento de ventas sigue bajo la lupa. Por eso se creó el concepto Vida Vacations, especializado en atender a los socios; se acotó el contacto de los vendedores con los clientes.
—¿Es sólo filtración de datos?
—No, también se han detectado casos en los que vendedores han defraudado de manera directa a los clientes: los convencen para que inviertan en una membresía o paquete y el dinero va a parar a cuentas de ellos.
—¿Se ha descuidado el perfil de los vendedores?
—Son comisionistas de playa… En otros casos, quienes han sido corridos por mal manejo de datos se vuelven a juntar fuera de la empresa para crear páginas ficticias de Internet donde los vacacionistas pueden hacer reservaciones o comprar paquetes, pero en realidad son puros engaños. O rentan salitas de un hotel para vender productos a bajo precio, pero también es un desfalco.
—¿Se han ocultado a los socios estos fraudes?
—No, se les han enviado correos electrónicos de alerta.
—¿Han presentado denuncias ante las autoridades correspondientes?
—Sí, ante las Procuradurías locales, la Secretaría de Turismo y la Profeco, pero no ha pasado nada. Son indiferentes.
—¿Cuántas cadenas hoteleras se han visto inmiscuidas?
—Todas las que ofrecen tiempos compartidos.
—¿Cuáles?
—Vidanta, Posadas, Sheraton, Marriot, Posadas, Pueblo Bonito, Grand Velas, todo tiempo compartido está sufriendo mucha filtración de datos. El concepto era muy seguro hace 10 años, pero ahora es susceptible de ser utilizado por criminales.
OPERADORES. Este reportero aparentó ser socio de una membresía de tiempo compartido para conocer más detalles sobre el modo de operación de estos estafadores.
Tras firmar un contrato —enviado por correo electrónico— en el cual se aceptaba vender el uso de una propiedad vacacional por alrededor de 50 mil dólares, un sujeto hizo contacto vía telefónica.
Se presentó como Dominic Foster, senior broker de la empresa World Wide Property Solutions Inc., con sede en la Unión Americana. Hablaba con un español confuso.
Solicitó el previsto pago de 4 mil 500 dólares por “tramitar ante la Secretaría de Turismo” un certificado de transferencia, requisito indispensable —dijo— para sellar la compra-venta.
—¿Dónde debo depositar el dinero?
—Un Fideicomiso se encarga de todo el trámite, tiene disponibles cuentas en casi todos los bancos mexicanos.
—¿Cómo se llama el Fideicomiso?
—Trabajamos con 14, pero el que se encargará de su transacción será Premier Financial Services, con oficinas en Texas. Tiene licencia internacional y un despacho de abogados en México. Sus 50 mil dólares se le harán llegar a través de la cuenta bancaria de su preferencia, un cheque o una transferencia electrónica.
—¿Por qué ofrecen 50 mil dólares por una membresía que costó 10 veces menos?
—Porque el comprador tiene muchos beneficios de impuestos. Al cierre fiscal, le regresarán el 72 por ciento del monto y la membresía le terminará costando unos 13 mil dólares. Si hoy la quiere comprar directamente con una cadena, no podrá conseguirla en menos de 55 o 60 mil dólares, a los extranjeros se les da más caro. Es mejor en segunda mano.
—¿Quién es el comprador?
—No puedo decirle el nombre por cuestiones de seguridad, pero es un empresario de mucha solvencia.
—¿No se trata de un fraude?
—Contéstese usted mismo, yo le cobraré una comisión del 10 por ciento hasta después de que usted reciba sus fondos. ¿En dónde está el fraude?
—En el pago previo de 4 mil 500 dólares…
—A mí no me lo paga, lo liquida en su país. Seguro se acercó ya a la cadena hotelera y le han dicho cosas malas de nosotros; es obvio que no quieren que se vaya, porque les deja infinidad de dinero.
—Será mejor acercarme a las autoridades mexicanas para conocer sus recomendaciones…
—Páseles mi número y que las autoridades de su país se comuniquen conmigo. Verá que todo es legal. Al final, usted no es el primero ni el último cliente. No es indispensable. Si le da desconfianza mejor lo dejamos así…