El presidente de Corea del Norte, Kim Jong-un, aprovechó la fiesta nacional del 4 de julio en Estados Unidos para anunciar exultante al mundo que ha probado con éxito su primer misil capaz de impactar en territorio estadunidense.
“El último lanzamiento se hizo para probar el nuevo cohete balístico intercontinental con capacidad de cargar una gran ojiva nuclear”, señala la nota de la agencia estatal KCNA.
Eufórica y casi a gritos, la presentadora de la televisión estatal declaró que “la República Popular Democrática de Corea se ha convertido en un imponente poder nuclear con el más poderoso de los ICBM [los misiles capaces de recorrer más de 5 mil 500 kilómetros] capaz de golpear cualquier parte del mundo”.
No es exactamente como lo dijo la presentadora, pero sí estaría en condiciones de alcanzar ya la costa de Alaska, como confirmaron fuentes del Pentágono. El misil Hwasong-14 alcanzó una altura de 2 mil 802 kilómetros y recorrió en 39 minutos unos 933 kilómetros. Es la mayor altitud lograda nunca por un proyectil con ojiva nuclear norcoreano.
“Si los informes son correctos, puede llegar a una trayectoria estándar de unos 6 mil 400 kilómetros, lo que le permitiría alcanzar Alaska”, alertó el experto en balística David Wright y confirmaron poco después fuentes del Comando Pacífico de EU.
Desde el club de golf. El presidente Donald Trump, que se fue a jugar al golf a su club de Virginia, se limitó en un primer momento a despachar la crisis con un tuit, como viene siendo habitual: “¿No tiene este tipo nada mejor que hacer con su vida? Difícil creer que Corea del Sur y Japón vayan a aguantar mucho más. Quizá China haga un movimiento de peso en Corea del Norte y ponga fin a este sinsentido para siempre”.
Tras deliberar más tarde con sus asesores, Trump llamó al presidente chino Xi Jinping, de visita en Moscú, para advertirle que Estados Unidos podría “actuar” unilateralmente en Corea del Norte, si China, única potencia aliada de Pyongyang, no logra sentar a la mesa de negociaciones a Kim Jong-un.
Advertencia de Tillerson. Por su parte, el secretario de Estado de EU, Rex Tillerson, extendió la advertencia de Trump a China a todos los países que de alguna forma u otra.
“La prueba de ayer representa una nueva escalada en la amenaza hacia Estados Unidos, nuestros socios y aliados, la región y el mundo. Se requiere una acción global para detener una amenaza global”, declaró.
Según Tillerson, “cualquier país que acoge a trabajadores invitados de Corea del Norte, proporciona beneficios económicos o militares, o no aplica plenamente las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, está ayudando e incitando a un régimen peligroso”.
El jefe de la diplomacia estadunidense subrayó que “todas las naciones deben demostrar públicamente a Corea del Norte que hay consecuencias en su búsqueda de armas nucleares”.
Convocan Consejo de Seguridad. La embajadora de EU en Naciones Unidas, Nikki Haley, solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad, que se ha convocado para hoy miércoles, con el fin de abordar este último lanzamiento.
Mientras tanto, el secretario general de la ONU, António Guterres, consideró que “esta acción es otra descarada violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y constituye un peligroso agravamiento de la situación”.
Condena de México. El gobierno de México condenó ayer “en los términos más enérgicos” el lanzamiento norcoreano, acción que consideró “una nueva violación al derecho internacional y una amenaza a la paz internacional”.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) subrayó que Corea del Norte, como Estado miembro de la Organización de las Naciones Unidas, tiene la obligación de acatar las resoluciones adoptadas por el Consejo de Seguridad que le exigen suspender los lanzamientos de misiles balísticos y cualquier otro acto de provocación.