Este mes se cumplen 110 años del nacimiento de una de las artistas que más ha hecho por ensalzar el papel de la mujer. Un ejemplo de valentía y fortaleza al que no le tembló el pulso a la hora de ir contra el machismo de la sociedad en la que le tocó vivir. Hoy le rendimos nuestro particular homenaje y te contamos por qué Frida está de moda y nos encanta que así sea.
Si eres de las que piensa: «Yo de mayor quiero ser como Frida Kahlo» es obligatorio que sigas leyendo. Si en tu foto de perfil de las redes sociales llevas una corona de flores que simula los magníficos tocados artesanales de la popular pintora mexicana, esto es un regalo para ti. Si paseas por cualquier feria del libro y al toparte con al menos dos o tres libros que tratan sobre su vida no puedes contenerte y acabas comprándotelos, te buscamos a ti. Y si tienes en tu armario algunas camisetas de inspiración claramente mexicana porque adoras las flores y adoras a Frida, tú mejor que nadie sabes por qué Frida está de moda.
Frida Kahlo nació el 6 de julio de 1907. 110 años desde el nacimiento de una mujer que revolucionó la escena artística mexicana y tiró una lanza en favor de los derechos de las mujeres y nuestra fortaleza. Frida Kahlo es una de las feministas más aplaudidas por la historia y, precisamente por eso, nos hace muy felices que el mundo de la moda y la decoración, entre otros, se hayan interesado por su figura y la hayan puesto en valor en este lado del mundo.
Fue una mujer adelantada a su tiempo
A nadie se le escapa que Frida fue una mujer adelantada al momento y al país en el que le tocó vivir. Hija de un inmigrante alemán nacionalizado en México y una mexicana, desde pequeña Frida destacó entre sus tres hermanas. En algunas de las fotografías de familia de aquellos años se ve a la futura artista vestida con traje de chaqueta masculino y una pose un tanto ambigua. Y es que desde los primeros momentos de su vida, Frida dejó claro que no se iba a dejar llevar por los convencionalismos.
Como mujer adulta, Frida fue feminista, artista, bisexual y comunista. Todos ellos adjetivos prohibidos para una mujer en el México de los años 30.
Su fortaleza es un ejemplo para todas nosotras
Desde su más tierna infancia, Frida estuvo acostumbrada a sufrir. Cuando era tan solo una niña padeció poliomelitis, que la mantuvo varios meses postrada en su cama y derivó en que una de sus piernas estuviese menos desarrollada que la otra. Este es uno de los motivos por los que siempre recordamos a Frida con grandes y vaporosos vestidos. Además, haciendo gala de su incansable espíritu de superación, la artista diseñaba su propio calzado colocando una pequeña alza en el tacón que correspondía a su pierna más corta.
Más tarde, con 18 años, Frida sufrió un aparatoso accidente en un tranvía en Ciudad de México que marcaría el resto de su vida. «Intenté ahogar mis dolores en alcohol, pero ellos aprendieron a nadar», es una de las frases que escribió en su diario personal. Y es que dicho accidente fracturó su columna en tres puntos y rompió también su clavícula, costillas, pierna, pelvis y su vagina que fue atravesada por uno de los pasamanos del vehículo público. Esto fue precisamente una de las razones por las que la pintora tuvo dificultad para quedarse embarazada y sufrió dos abortos, el último de ellos con serio peligro para su propia vida.
A pesar de las más de 30 operaciones a las que Frida Kahlo fue sometida a lo largo de su vida, siempre encontró el coraje para seguir y, en su forma cruel y despiadada de ver el mundo que la rodeaba, destilaba sensibilidad en cada una de sus obras.
Su originalidad a raudales
Su estilo la ha convertido en inspiración de grandes diseñadores y en todo un icono para muchas mujeres. Ella misma era quien diseñaba su ropa siempre colorida, vistosa y con una estrecha relación con ese México que le corría por las venas y que amaba profundamente.
Esa misma particularidad a la hora de vestirse la expresaba también en sus pinturas, llenas de experiencias personales, de su perspectiva de la vida y de sí misma, ya que la mayoría de las obras de la autora son autorretratos con un punto de surrealismo.
Nos enseñó qué es el verdadero amor
«Mereces un amor que quiera bailar contigo, que visite el paraíso cada vez que mira tus ojos, y que no se aburra nunca de leer tus expresiones». Esto era para Frida el amor, a pesar de que su relación con Diego de Rivera fuese turbulenta y le hiciese sufrir prácticamente desde su inicio. Él le fue infiel con infinidad de mujeres e, incluso con Cristina, la hermana menor de Frida. Se casaron, se separaron y se volvieron a casar y, a pesar del dolor, del daño que le hacía ese amor, la artista mexicana siempre pensó en Diego Rivera como el hombre de su vida.
Una vez que abrió los ojos a la realidad de una relación sustentada en las infidelidades de uno y otro, Frida comprendió que seguiría viviendo y amando a Diego Rivera de por vida, pero entendió también que aquello no iba a ser nunca un amor convencional. Y así, con esa particular forma de fluir, el amor de Diego la acompañó hasta sus últimos días.
Y así, sin convenciones y con esa magia que solo destilan las personas carismáticas nos hemos enamorado de Frida por cada una de sus palabras, sus pinceladas y por esa belleza tan suya.