Jeffrey Lichtman, uno de los abogados privados elegidos por el narco mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán para representarlo en el colosal juicio que enfrenta en Estados Unidos, sabe bien lo que es defender a clientes con fama de gángsters.
En sus más de 26 años de carrera, Lichtman ha trabajado en casos criminales de diverso tipo, desde narcotráfico hasta homicidio, incluida la defensa de John Gotti Junior, un exjefe de la mafia de Nueva York.
Fue ese caso de Gotti el que le dio fama de hábil batallador a Lichtman, al lograr que el hijo del legendario capo del clan Gambino evitara una sentencia de prisión en el juicio por asociación delictiva que protagonizó en 2005.
Pero la elección de Lichtman por parte de Guzmán, confirmada a BBC Mundo por la firma de abogados que lleva su nombre, así como de otros tres expertos legales que se sumarían a su defensa enfrenta un reto: ¿cómo hará «El Chapo» para pagarles?
El problema del dinero
Guzmán fue extraditado desde México en enero y enfrenta en una corte federal de Brooklyn 17 cargos como líder de una organización, el cartel de Sinaloa, que según la fiscalía envió toneladas de drogas a EE.UU. y conspiró para matar gente.
«El Chapo», que tiene 60 años, rechaza los cargos pero podría recibir cadena perpetua si fuera hallado culpable en el juicio, que está marcado en principio para abril del año 2018.
Hasta ahora Guzmán ha sido defendido por abogados de oficio, que suelen representar a acusados sin dinero para costearse una defensa privada, argumentando que su extradición a Nueva York fue sorpresiva y carecía de un abogado en la ciudad.
Pero una dificultad extra para él es que el gobierno de EE.UU. también busca incautarle US$14.000 millones que estima que ganó con las drogas, y cualquier dinero que use para pagar un abogado privado podría ser confiscado.
Michelle Gelernt y Michael Schneider, los abogados de oficio de Guzmán, indicaron que continuarán representándolo hasta que sus abogados privados presenten ante la justicia un escrito de apersonamiento.
«El gobierno no ha asegurado a los abogados interesados en representar al señor Guzmán que no buscará incautar el dinero que se les pagó. Sin tales garantías, no esperamos que ningún abogado con experiencia acepte asumir este caso», indicaron Gelernt y Schneider a BBC Mundo.
La cuestión se tratará en una audiencia prevista para el lunes en la corte de Brooklyn, pero cualquier decisión puede estar sujeta a recursos.
El asunto plantea desafíos tanto para la defensa como para los fiscales, que deben definir si aceptan que Guzmán pague a los prestigiosos abogados que ha escogido.
Rob Heroy, un abogado que en el pasado defendió a un mexicano sentenciado por producir y exportar heroína a EE.UU., cree que el gobierno debe ser cuidadoso si quiere evitar que lo perciban «como negándole el derecho a un abogado» a Guzmán.
A su vez,la defensa privada tendría que dejar claro cómo percibirá sus honorarios.
«Lichtman no va a aceptar una bolsa con dos millones de dólares en efectivo que aparece en su puerta: podría ir a la cárcel por eso. Pero es posible que haya alguien conectado a Guzmán que tenga acceso a cantidades significativas de dinero y pueda explicar la fuente de ese dinero», indicó Heroy a BBC Mundo.
«Vamos a juicio»
De cualquier manera, Lichtman parece decidido a asumir la difícil tarea de defender a alguien señalado como uno de los mayores narcotraficantes del planeta.
En declaraciones al diario The New York Times dijo que ya se reunió varias veces con Guzmán y precisó que asumió el caso junto a tres abogados.
Se trata de Marc Fernich, que trabajó junto a Lichtman en la defensa de Gotti en 2005; Eduardo Balarezo, que defendió al narco Alfredo Beltrán Leyva, uno de los rivales de Guzmán en México; y William Purpura, que representó a Richard Anthony Wilford en otro caso de narcotráfico.
Lichtman se ha hecho eco de la fama que ganó desde que logró evitar la cárcel para Gotti, que entre otras cosas estaba acusado de ordenar el secuestro de un individuo que recibió varios balazos.
«Los clientes de alto perfil del señor Lichtman no solo hacen noticias —ganan sus casos», dice el sitio en internet de su firma de abogados.
Parte de la estrategia de Lichtman en el juicio de Gotti fue cuestionar la credibilidad de los testigos, algo que podría intentar también en el caso de Guzmán.
Heroy sostuvo que la elección de una defensa privada con ese perfil por parte de «El Chapo» sugiere que está dispuesto a dar batalla legal en vez de buscar un eventual acuerdo con el gobierno para reducir su pena.
«Suena como que Guzmán dedicó mucho tiempo en pensar quién quería que manejara el caso», dijo Heroy. «Si quería tratar de negociar algo o decir: ‘vamos a juicio’. Y parece que esto es lo que decidió».