Metanfetaminas, las favoritas de Hitler y el Ejército Nazi

Se dieron a conocer los diarios del médico Theodor Morell, doctor de cabecera de Adolf Hitler, en los que describe cómo el Führer consumía la droga más usada por todo el ejército alemán: Pervitin, hoy mejor conocida como metanfetamina. Estos documentos que permanecieron clasificados hasta el siglo pasado fueron rescatados hace cinco años por Norman Ohler (Alemania, 1970) para realizar el libro High Hitler.

En entrevista, el también periodista comenta a Crónica que el triunfo del ataque alemán a Polonia, el 1 de septiembre de 1939, considerado como el evento que marcó el inicio de la Segunda Guerra Mundial y que dejó como saldo la muerte de 100 mil elementos y 60 mil civiles, fue exitoso porque los soldados combatieron la fatiga y el sueño tomando Pervitin, droga que era parte de su dieta.

“Hitler tenía un doctor llamado Morell, encontré sus documentos en los Archivos Federales de Alemania y encontré que le suministraba ciertas medicinas que eran muy fuertes. Ese fue el punto de inicio de la investigación. Después de leer más documentos, hallé un artículo escrito por un historiador militar donde hablaba del uso de metanfetaminas dentro de la milicia”, platica Ohler.

Pervitin, explica el autor, eran unas pastillas de gran éxito en la década de 1930 en todo el imperio alemán, las cuales con el paso del tiempo se convirtieron en la droga popular de la Europa ocupada, pues eran adquiribles en farmacias e incluso la llegaron a consumir mujeres para aliviar dolores de parto. Los laboratorios Temmler, ubicados en el barrio Adlershof (en la periferia de Berlín), era el lugar donde se fabricaba esa droga.

Uno de los datos que revela el libro High Hitler son los informes de los servicios sanitarios sobre el uso de metanfetamina durante el comentado ataque a Polonia, papeles que llenan un clasificador entero en el Archivo Militar de Friburgo, en donde se señala que el pervitin ayudó a los alemanes a funcionar “sin síntomas de agotamiento hasta la conclusión de la misión”.

“Podemos ver el éxito de la estrategia de ‘guerra rápida’ usada para abrumar a todos en un primer espacio. Usaron metanfetaminas de tal manera que los soldados no dormían mientras que la gente que estaba defendiendo a sus países sí lo hacía. Así que la historia del uso de drogas es importante para entender a qué se debió que el ejército alemán fuera tan poderoso”, dice el autor.

Las estrategias del ejército alemán empezaban rápido durante los primeros días de ataque porque a los soldados les daban metanfetaminas. “Eso era algo nuevo. Las metanfetaminas se inventaron en 1937 justo en Alemania y fueron incorporadas a la estrategia militar porque así podían sorprender a los franceses y británicos. De la semana uno a la última, usaron ese método con un aproximado de 35 millones de dosis de metanfetamina para la primera semana del ataque contra Francia”.

EL DICTADOR. El libro editado por Crítica incluye testimonios a través de cartas, ilustra los casos del uso de metanfetaminas con fotografías y sobre todo, incluye las anotaciones del médico Morell y de altos mandos del Ejército Nazi. Por ejemplo, Ohler publica un comunicado del oficial sanitario Wirth Stabsarzt, quien escribió:

“Estoy convencido de que cuando hay que hacer grandes esfuerzos y es necesario tener a punto hasta el último miembro del equipo, una tropa provista de pervitina es superior a cualquier otra. Por ello, el médico de tropa abajo firmante ya ha solicitado la inclusión de reservas de pervitina en el botiquín de campaña”.

En un día, señala Norman Ohler, se podían prensar 833 mil pastillas e incluso hacia el año 1940, fueron solicitadas por Wehrmacht (fuerza armadas unificadas de la Alemania nazi) 35 millones de unidades para los ejércitos de tierra y aire. También, el autor describe que para que Adolf Hitler pudiera mantener el brazo en alto el máximo tiempo posible durante el saludo alemán, era necesario que se le inyectara glucosa, vitaminas, pervitina y opiáceos.

—¿Las inyecciones definieron el carácter y las decisiones de Hitler?

Ya era un dictador antes de las inyecciones. Las inyecciones de opioides podían aumentar este comportamiento de no tener empatía hacia nadie. Si tomas opio de manera regular te conviertes en alguien muy retraído que sólo piensa en su bienestar. Pero las drogas no lo cambiaron, reforzaron su personalidad. Él ya era un dictador que mandó maquinaria y guerra.

—¿Es importante revisar archivos médicos para explicar las guerras?

Sí, es importante cómo las drogas pueden darle forma a nuestra historia. Es interesante ver que el ejército alemán fue el primero en usar metanfetamina y ver cómo hay muchos otros que la siguen usando. También es interesante que los alemanes usaron el lavado de cerebro suministrando mescalina (sustancia alucinógena), cuyo uso se extendió a otros países y ahora se sigue empleando en Estados Unidos.

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