Exigen freno a la violencia contra la mujer

La convocatoria lanzada hace dos días en redes sociales por el asesinato de la estudiante Mara Fernanda Castilla, quien tras abordar un taxi Cabify fue violada y estrangulada por el mismo chofer, atrajo a aproximadamente 4 mil capitalinas y capitalinos que marcharon del Zócalo a las instalaciones de la PGR sobre Paseo de la Reforma.

Los coros, en tonos enfurecidos, se escucharon a lo largo de una hora: “Ni una más”, “vivas se las llevaron, vivas nos queremos” y “señor, señora no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”.

Destacó la participación de familias enteras que optaron por situarse en la retaguardia, un tanto lejos de las feministas más aguerridas y donde podían andar a la velocidad de sus carreolas o hacer altos para descansar o comprar agua.

La familia de Mario, un hombre que va tomado de la mano de sus dos hijas pequeñas (2 y 5 años) indicó: “quiero que aprendan alzar la voz, quiero que vean que no están solas”.

María participó porque una de sus tres hijas (las crío ella sola, en ausencia del padre) fue asesinada en el Estado de México el año pasado. La angustia la hizo venir a la marcha de la capital, la que siente al ver partir a la escuela o el trabajo, cada día, a las dos hijas que le quedan. “Por eso estamos aquí en la marcha”.

Bajo un cielo azul, roto por algunas nubes, y el calor que azoto la Ciudad, Camila, una niña caminaba junto a su hermana con un cartel de “Alto a la violencia, contra nosotras”.

Dentro de la marcha, mujeres, hombres y niños se presentaron de morado y algunos de negro, de luto, por igual. No paraban de gritar.

Acto fúnebre

Despiden a Mara

Mara Fernanda fue sepultada ayer en la tierra de sus padres, Xalapa, Veracruz. El cortejo fúnebre se convirtió en una manifestación, una entre muchas ocurridas ayer, para protestar por este asesinato.

Mara utilizó el servicio Cabify (taxis solicitados a través del celular y que son monitoreados constantemente) luego de una fiesta. A pesar de haber tomado estas precauciones terminó asesinada luego de ser agredida sexualmente.

Su madre dijo ayer que la pérdida de su hija debería frenar la inseguridad. Ni una más, que mi hija sea la última, señaló Claudia Miranda López, madre de Mara Fernanda Castilla Miranda, durante la marcha efectuada este domingo en Xalapa para solicitar justicia para la joven y un alto a la violencia de género en el país.

Marcha CDMX

Radicales

Ayer sonaban en la marcha por Mara fueron de decidida guerra contra los hombres. Un grupo de aproximadamente 30 jóvenes mujeres, tres de ellas armadas con machetes y dos con máquinas de toques eléctricos, repelían a los varones que intentaban caminar dentro del contingente apoyando su causa.

Los hombres que intentaban incorporarse a su contingente eran recibidos con agua, colillas de cigarros, basura. “Se había dejado en claro que, por la imagen de la marcha, los varones marcharían en la retaguardia”, justificó alguna de ellas.

“Hombres atrás, hombres atrás”, coreaba este grupo, el más radical. Alejaban también a los varones que acompañaban a su esposa, su novia o su hermana… En el mejor de los casos, eran expulsados, pero si se resistían eran agredidos física y verbalmente hasta que lo alejaban.

Mujeres que marchaban mostraron su inconformidad ante estas acciones, “no debemos apartar a los hombres que nos apoyan. No todos son corruptos o violadores”, se escuchaba el grito de alguien entre la multitud mientras algún varón era despedido hacia los camellones, mojado, quemado e insultado.

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