La falta de documentos en regla es una más de las inquietudes entre damnificados por el sismo.
Embrollos testamentarios, sucesiones interrumpidas, carencia de escrituras y posesiones irregulares son problemas detectados por abogados, quienes ofrecen asesoría gratuita en zonas de desastre.
Uno de los lugares con más historias de anomalías legales es la Unidad Tlalpan. Se trata del punto de la ciudad con mayor número de afectados, porque de los 10 edificios del complejo, uno colapsó y los otros nueve presentan riesgos estructurales y son inhabitables.
De acuerdo con el censo vecinal, al menos 500 familias resultaron perjudicadas; la mayoría vive en albergues provisionales montados en escuelas, jardines y canchas callejeras. Otras con familiares o amigos.
“El 90 por ciento de los asesorados no tiene papeles en regla”, comentó a Crónica Ivette Montero, abogada de las cuadrillas conformadas por diversas asociaciones civiles y la fundación de la Barra Mexicana de Abogados.
“Atendemos entre 60 y 70 casos diarios y nueve de cada 10 están relacionados con faltantes de documentos en torno a propiedades inmobiliarias. ¿Cómo arreglo mi situación para acreditar que soy propietario y después ir con la autoridad?, es la consulta primordial”, detalló.
—¿Y cuál es la repercusión? —se le cuestionó.
—Si la gente no tiene sus papeles en orden o sus trámites están truncos se dificulta la exigencia de derechos, por ejemplo la aspiración a un fondo de reconstrucción o de vivienda, si es que lo hay.
“No hablamos de familias que no pudieron rescatar sus papeles de las casas destruidas o averiadas, porque esas tienen la oportunidad de solicitar copias en el archivo notarial o en el Colegio de Notarios, sino de aquellas que tienen procesos pendientes ante el Registro Público de la Propiedad, que carecen de escrituras y títulos, o procesos testamentarios sin concluir”, apuntó Carlos Martínez Priego, abogado de la Dirección General de Regularización Territorial del gobierno de la CDMX, la cual también ha detectado alta incidencia en asuntos de este tipo.
Aquí, algunos de los testimonios recuperados frente a las mesas de asesoría…
Mario, 26 años: “El departamento era de mi abuelo, me lo dejó a mí pero el problema es que no hubo testamento”.
Jonás, 40 años: “La propiedad me la dejó mi padre, pero nunca hicimos escritura”.
Sofía, 38 años: “El trámite de posesión lo estaba haciendo uno de mis hermanos, pero se fue a Estados Unidos y hace tiempo que perdimos contacto con él”.
Jacinto, 45 años: “Un tío me quería quitar el departamento y se llevó todos los documentos, pero la sucesión testamentaria estaba a mi favor”.
Lourdes, 51 años: “Mi papá murió y la casa quedó intestada”.
Efraín, 63 años: “Una hermana me prestó el departamento, pero ella murió hace 10 años, no tengo nada que lo acredite”.
Micaela, 37 años: “Renté como cinco años, después el dueño me lo ofreció en venta, le di como 100 mil pesos, pero él murió y ya no concluimos nada. Como él no tenía familia, he vivido aquí sin problema”.
Hasta doña Elsa, quien era administradora del desplomado edificio 1-C, compartió: “Mis papás estaban haciendo unos trámites de intestado, y también los papás de mi esposo, pero todo se quedó en pausa. Un vecino sugirió que fuéramos dando nombres de los dueños y de los papeles que tenemos, iremos paso a paso, porque ahora todo es desconocido”.
Para organizarse, vecinos y representantes de los 10 edificios de la Unidad Tlalpan se reúnen todos los días detrás de la Iglesia de San José, cercana al metro Taxqueña: “La idea es abrir un canal sólido con la autoridad e ir resolviendo las dudas y solventando las faltas administrativas, para acreditar la propiedad de los departamentos y solicitar la reconstrucción o ayuda de un fondo”, comentó la administradora.
En el complejo murieron ocho personas, cuatro de ellas menores de edad, según doña Angelina Pierre, quien vivía en el 1-C y se ha sumado a las labores de rescate y organización condominal. Además de los 500 hogares dañados, el terremoto también afectó la estructura de 14 locales comerciales.
“La tragedia nos ha dejado muchas lecciones, y una de ellas es la falta de una cultura legal para tener en orden nuestros documentos patrimoniales —señaló la abogada Montero—. En algunos edificios hablamos de la falta de papeles desde tres generaciones atrás, así no puede haber certeza jurídica para afrontar las secuelas de un sismo tan devastador”…