Con una taza de té los presidentes de China, Xi Jinping, y de Estados Unidos, Donald Trump, iniciaron hoy una nueva era en las relaciones bilaterales, cargadas hasta ahora de diferencias comerciales y por el apoyo de Beijing a Corea del Norte.
Los mandatarios fueron acompañados en esta ceremonia informal, subrayan los medios chinos, por sus respectivas esposas, Peng Liyuan y Melania Trump, en una reunión celebrada en el edificio Baouyun o «salón que contiene tesoros», en el suroccidente de la Ciudad Prohibida en esta capital.
Antes, las dos parejas presidenciales habían recorrido el Museo del Palacio como también es conocida la Ciudad Prohibida, donde sobre 72 hectáreas se asienta la que fue residencia de las familias imperiales de China en las dinastías Ming y Qing.
Los Trump iniciaron de esta manera la primera visita de Estado del mandatario estadunidense a China, a donde llegó hoy para reunirse con el liderazgo chino que tomó posesión tras el XIX Congreso del Partido Comunista de China (PCCh) celebrado a fines de octubre último.
El viceministro chino de Relaciones Exteriores, Zheng Zeguang, destacó que junto a las actividades propias de una visita de Estado, habrá «interacciones informales» entre Xi y Trump.
Este encuentro, el tercero entre ambos jefes de Estado, coincide con el 45 aniversario de la visita que realizó el entonces presidente estadunidense Richard Nixon, también de filiación republicana, al país asiático, a fin de normalizar las relaciones entre Beijing y Washington.
Xi y Trump se habían conocido en persona primero el pasado mes de abril en Mar-a-Lago, Florida, casa de descanso del mandatario estadunidense, y luego, en julio, en la cumbre del Grupo de los 20 en la ciudad alemana de Hamburgo.
Para este jueves los dos jefes de Estado acudirán a un foro de negocios y a la firma de varios acuerdos bilaterales en el Gran Palacio del Pueblo.
Se prevé que en la agenda de Trump destaquen formas para reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China, un tema central en su política y que trae a colación de manera constante, como en su visita a Corea del Sur, la cual concluyó horas antes de viajar a Beijing.
El saldo comercial a favor de China llegó a 26 mil 600 millones de dólares en octubre, aumento de 10 por ciento interanual, pero inferior a los 28 mil 200 millones de septiembre.
De acuerdo al sitio especializado Bloomberg News, estas cifras significan que el superávit comercial de China con Estados Unidos podría rondar 250 mil millones este año.
El economista jefe de Bloomberg Economics Asia, Tom Orlik, escribió que «La balanza comercial bilateral sigue inclinada a favor de China. Las expectativas de que el viaje de Trump logre soluciones al problema son bajas».
La semana pasada Estados Unidos impuso nuevas tarifas a las exportaciones de papel de aluminio de China, y el Departamento de Comercio anunció que la administración Trump inició 77 investigaciones antidumping y de derechos compensatorios desde enero.
Además, se espera conocer el discurso de Trump en Beijing sobre Corea del Norte, cuyo principal aliado es China.
El mandatario estadunidense mantuvo su duro discurso contra Pyongyang y sus programas de misiles y nuclear en sus intervenciones en Corea del Sur, pero entreabrió una puerta al diálogo, la cual se espera ver si se abre más en la capital china.