En el mercado José María Pino Suárez se mantiene la tradición de conservar las imágenes religiosas. Los comerciantes que se dedican al oficio señalan que los clientes ya empezaron a llevar sus piezas para que sean pintadas o restauradas ahora que se acercan las fiestas decembrinas, las más comunes son: la Virgen de Guadalupe, el Niño Dios y San Judas Tadeo.
En el local 425-B trabaja Amado Ovando Hernández, quien lleva más de 20 años dedicado a la restauración de imágenes religiosas, oficio que aprendió de su tío y padre.
Los costos van desde 50 hasta mil pesos, dependiendo del tamaño de la pieza y el trabajo que requiera.
Cada restaurador utiliza técnicas diferentes, unos pintan con brocha y otros con aerosol, depende de la “perfección” del proceso, según relata el señor Amado.
El restaurador admite que aunque la tradición no se ha perdido, ya no es como antes, pues los trabajos han disminuido y algunas personas han cambiado de religión.