Alejandra Ambrosi deja la intensidad

Alejandra Ambrosi generalmente es la carta fuerte de proyectos, tanto en cine, series y televisión abierta que tienen que ver con la denuncia, hacer algún señalamiento o tratar temas más cercanos a la realidad o más profundos. Ahora da el paso que le faltaba, salir de su zona de confort y abordar lo que consideraba lejano: La comedia.

Así debuta en este género vía la serie ¡Ay güey!, que se estrena por la plataforma Blim el 24 de diciembre, y en la que confiesa sufrió para dejar de lado la vehemencia con la que ha trabajado en otros roles.

Venía de hacer personajes mucho más dramáticos en televisión, entonces sí fue todo un tema acercarme a este género, sobre todo al principio, más en el tono, hicimos trabajo de mesa previo a las grabaciones para encontrar a los personajes de la serie y, en ese sentido, fue una gran prueba”.

Acostumbrada a tocar temas duros en emisiones como El 8º mandamiento, Vuelve temprano, La hermandad o XY, encarnar a una mujer con mala suerte que tiene que trabajar de mesera con alguien que no conoce y con la que choca, fue sumamente difícil.

Al principio me sentí fuera de cancha y una vez que encontramos el tono comenzaron a crecer los personajes y gran parte de la comedia de esta serie radica en la relación que tienen Verónica y Susana, que son los personajes de Vanessa Terkes y el mío, porque son totalmente opuestos.

Estaba acostumbrada a tocar temas más profundos e intensos, además soy una actriz así, y la verdad es que la comedia necesita ligereza, no puedes clavar el dedo en la llaga, porque va muy rápida, el ritmo es muy importante y es totalmente diferente al que manejaba, entonces el primer gran reto fue aligerarme y encontrar el time, porque por más que mi personaje es un poco más amarga, debía ser ágil, nada densa, tenía que fluir, eso fue lo más difícil”.

Ambrosi confesó que varias veces tuvo que replantear su personaje.

Los directores me decían: ‘Es que no está de malas todo el tiempo’. Mi idea era contrastarla con Vanessa que toda la vida estaba feliz. Fue muy complicado encontrar el punto medio entre no ser una enojona permanente y ser ligera al mismo tiempo, que el público pudiera identificarse con ella, así que no podía pasarme de la raya con mi dureza”.

Además tuvo que enfrentarse a retos físicos porque aunque contaban con stunts, ella quiso darle realismo a sus escenas, pues en un punto de la historia, será perseguida por la policía y maleantes, porque se encuentran una maleta con 100 millones de dólares, además son confundidas con unas millonarias.

El reto físico también estuvo fuerte, me hicieron manejar un food truck en Reforma en una persecución con patrulla y el malo, me querían balacear, fue muy divertido.

“Los directores estaban muy asustados porque no pensaban que pudiera manejarlo; digo, aprendí a manejar con velocidades, pero un auto pequeño, pero un vehículo de éstos de los años 80, venido a menos fue otra cosa, pero dije que sí lo hacía; me puse a practicar y cuando llegó el día de hacerlo estaba nerviosa, pero después andaba fascinada manejando ese armatoste.

Como se supone que estábamos escapando, pues tuvimos que saltar por ventanas en edificios altos, en fin, teníamos stunts, pero Vane y yo decidimos hacerlo nosotras mismas, y bueno, me lleve algunos moretones, nada grave. Implicó mucho esfuerzo físico, y luego Acapulco, donde grabamos dos meses, que parecería muy sencillo, pero varias horas diarias bajo el sol es muy complicado, pero fue padrísimo”, explicó.

En ¡Ay güey!, de 13 episodios, trabaja con Diana Bracho y Leonardo García, y según la actriz, le sirvió como respiro a lo que venía haciendo sin descuidar la calidad de los proyectos que escoge.

Siempre busco que la historia me guste y la historia me atrape, selecciono que el proyecto sea el indicado para el momento que estoy viviendo. Venía de hacer trabajos intensos y necesitaba algo divertido y la oportunidad de demostrar otra faceta de mí, fue una oportunidad única.

Estoy agradecida de que mi carrera haya tomado ese rumbo tan multifacético (…) A mí me gusta hacer de todo, mi compromiso es con las historias diferentes, que me reten, personajes que impliquen arriesgarme, hacer cosas que no había hecho antes y eso es lo que viví con ¡Ay, güey!

Además, la actriz estará al mismo tiempo al aire con la serie Las malcriadas, que terminará transmisiones a finales de enero, y ya trabaja en una obra teatral.

Se llama Por el bien del país, que se estrena el 15 de febrero en el Centro Cultural Helénico, es una obra a la que viene un director de Nueva York a hacerla, produce el Foro Shakespeare y habla sobre la esperanza en la capacidad del ser humano para transformarse”, concluyó.

¡Ay güey!

Estreno: 24 de
diciembre

Elenco: Alejandra Ambrosi, Diana
Bracho, Vanessa
Terkes y Leonardo García, entre otros.

Plataforma: Blim

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