La cuenta regresiva inició. El 2018, año del Mundial, está en marcha, sólo resta esperar que dé inicio la competencia, cada día los nervios crecerán. México no será la excepción, es una nación históricamente consagrada al futbol y a la selección nacional, de la cual ya se conoce su suerte para el próximo verano: Alemania, Corea del Sur y Suecia.
El 17 de junio, a las 10:00 horas, llegará la gran prueba para Juan Carlos Osorio, el seleccionador colombiano cumplirá el sueño que siempre había tenido, ese por el que dejó la comodidad de los clubes para someterse a la exigencia y el estrés de comandar a un representativo nacional, cuando los focos de todo el país a todos los niveles están sobre cada movimiento que haga, cada decisión que tome.
Lo que ocurra en el debut frente a Alemania ya no tendrá marcha atrás, no se podrá pensar en cambiar, lo que ocurra en los campos de Rusia le concederá el pulgar arriba o abajo no sólo al colombiano, también al presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Decio de María, y al secretario general, Guillermo Cantú, quienes han apostado con fe ciega en Osorio, pese a los momentos ásperos que éste vivió en la cancha y fuera de ella.
Han pasado dos años y dos meses desde que Osorio fue presentado el 14 de octubre de 2015, cuando decía: “esperamos ganarnos con trabajo la confianza del futbol mexicano” y “que las formas son muy importantes, ese es el recuerdo que queda. Para obtener resultados hay que jugar bien, no bonito, bien”. Sobre ese quinto partido que tanto ha buscado y se le ha negado a la selección mexicana desde el Mundial de México en 1986, comentaba: “vamos a tratar de convencer a los jugadores de que podemos llegar a ese partido y más”.
Es verdad que el inicio de la era Osorio levantó buenos comentarios, porque la marcha de la selección mexicana era positiva, consiguió victorias como visitante en campos que se le había negado al cuadro tricolor, como Honduras. De inmediato encaminó la ronda de fase de grupos de la eliminatoria. Aunque en esos días ya había cuestionamientos a la cantidad de cambios que hacía, los números estaban de su lado.
A mitad de 2016 llegó la Copa América Centenario, que se celebraba en Estados Unidos y en la que incluso se llegó a ver a México como favorito, porque prácticamente era una selección local por la cantidad de mexicanos que hay en el vecino del norte, la arrancó bien, con una victoria sobre Uruguay por 3-1… sin embargo, en la ronda de Cuartos de Final, Chile le propinó al Tri la mayor goleada de su historia con un lapidario 7-0.
“Me gustaría presentarles mis más sinceras disculpas a todo el pueblo mexicano, lo de hoy fue una vergüenza, un accidente del futbol. Una presentación muy pobre de parte nuestra y reitero mis disculpas a toda la afición mexicana”, dijo Osorio tras ese varapalo, el más grande de su carrera, un resultado que lo puso en el patíbulo, pero Decio de María lo mantuvo contra viento y marea.
La herida sanó un poco con la victoria en Columbus Sobre Estados Unidos por 2-1, con goles de Miguel Layún y Rafael Márquez, el cuadro de Osorio arrancaba el Hexagonal con una victoria que se le había negado a México, pero no fue suficiente porque en los siguientes meses, el frente seguía abierto. No importó que la selección marchara de buena manera en su camino hacia Rusia, las formas de Osorio no lograban consenso.
El 29 de junio de 2017 llegó la segunda herida que volvió a encender el debate sobre si Osorio debería seguir o no. ¿Qué ocurrió? La segunda goleada del Tricolor en la era del seleccionador colombiano, por 4-1 ante Alemania en la Copa Confederaciones. Una derrota que volvió a exhibir la vulnerabilidad del planteamiento de Osorio y que su escuadra no estaba para competir con las potencias, porque los alemanes viajaron sin varias de sus figuras.
“Fueron siete minutos donde todo pintaba negro, en el segundo tiempo quisimos atacar, nos abrimos y cayó el tercero, luego el gol de nosotros y luego el cuarto de ellos, es una Alemania con mucha calidad. Fueron siete minutos muy negros”, dijo el defensa Néstor Araujo.
“Nos duele mucho la eliminación, pero creo que el marcador fue muy abultado. Ellos tienen esa capacidad de anotar en muy pocas llegadas y abrieron el marcador muy rápido y nosotros no, con todas las posibilidades sólo anotamos uno”, reflexionó el colombiano. Además la Copa Confederaciones le dejó una sanción de seis partidos y una multa de más de 5 mil dólares, por insultar al cuerpo arbitral en el partido por el tercer lugar entre México y Portugal.
El último golpe que recibió el cuadro de Osorio llegó en la Copa Oro, un torneo en el que se llevó jugadores de la Liga MX, el timonel no pudo estar en el campo por la sanción, el responsable de ese equipo fue su auxiliar, Pompilio Páez. El equipo no funcionó bien y fue eliminado por Jamaica en las semifinales del torneo.
El 1 de septiembre, luego de vencer a Panamá por 1-0 en el Estadio Azteca, la selección mexicana aseguró su calificación al Mundial de Rusia. Osorio había sobrevivido a tres momentos álgidos. No se puede decir que sus números sean malos, al contrario, tiene buenos registros. Lo que nadie puede negar es que en los duelos de eliminación directa, partidos de matar o morir, Juan Carlos Osorio no sabe ganarlos.
Faltan más de cinco meses para el debut mundialista. El año de Juan Carlos Osorio ha llegado, el día D y la hora H para que el seleccionador se sacuda esas huellas que lo han puesto en el punto de mira o empiece a empacar sus cosas. El 2018 es el año de Juan Carlos Osorio.