Estefanía Yamileth tiene 11 años, jugaba fútbol en tres equipos y, por su excelencia académica, estaba en la escolta… Aún no sabe que perdió la vista en un ojo, una bala perdida disparada al aire en Año Nuevo atravesó el techo de su casa e impactó en su rostro.
«Estábamos durmiendo y ella me despertó; se estaba ahogando con la sangre, le salió sangre por la nariz y la boca», comenta Alma Graciela Ávila Rentería, mamá de la pequeña. «Cuando yo desperté y la miré volteo hacia arriba y ya vi el hoyo en el techo».
«Se escuchaban cuetes, muy feo, muchos balazos», añade la señora Alma Graciela. «Me imaginaba que estábamos hasta peor que en la guerra»
En lugar de regresar a la escuela, viaja más de cinco horas por 380 kilómetros desde Agua Prieta al Hospital Infantil de Hermosillo, donde fue llevada de emergencia la madrugada de Año Nuevo; los días pasan y no puede rehacer su vida, extraña las clases y a sus compañeros.
«Entró por el techo y a la niña le entró por el cachete, ‘se le quedó adentro por detrás del ojito’, dice el doctor que le quedó a un milímetro del cerebro».
El 1 de enero, 11 personas resultaron heridas por balas perdidas en Sonora; el Congreso del Estado promulgará una ley para castigar los disparos al aire. El crimen permanece impune, nadie fue detenido y las autoridades no investigan; la ojiva que atravesó el rostro de Yamileth quedó alojada a milímetros de su cerebro, a punto de quitarle la vida.
«La niña perdió la vista, la niña ni con una operación ni nada, ya los doctores me dijeron que no va a recuperar la vista; siento mucho coraje mucha impotencia de que hagan eso, yo quisiera que acabara esa tradición porque, así como le dieron a mi niña pueden dañar a otras personas o hasta ellos mismos, familiares de quienes están tirando balas», concluye la madre de Estefanía Yamileth.
La primera quincena del año, ha sido muy violenta en Sonora, con más de 15 homicidios dolosos con arma de fuego, principalmente en el municipio de Cajeme y la frontera, como Agua Prieta, donde una bala perdida cegó a la niña Yamileth mientras dormía.