En el marco del XIV Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer Cámara, y con motivo del 41 aniversario luctuoso de El Poeta de América, los escritores Lucía Rivadeneyra, Vicente Gómez Montero y Juan Carlos Abril recordaron la obra y vida del ilustre tabasqueño.
Lucía Rivadeneyra comentó que con su abuelo descubrió y aprendió a amar a Pellicer. Fue así que, con el paso de los años, el acercamiento al literato se dio casi de manera natural.
“Siempre me ha sorprendido la capacidad de Pellicer para aprehender la naturaleza, su humildad ante ella y su deslumbramiento cotidiano ante amaneceres, ríos, mares, el cielo, la nieve, los árboles, las piedras y los personajes. Si hay cuatro elementos de la naturaleza: agua, aire, fuego y tierra, él sería el quinto elemento porque logra aprehenderlos y hacerlos poesía en la vivencia cotidiana”, afirmó.
Recordó que Carlos Pellicer aprehendió la naturaleza, sus colores, olores e intensidades, él lo vio todo y lo entregó todo porque el que entrega sus palabras, entrega el aliento.
“Es el poeta de la naturaleza, nació entre árboles, entre ríos y ceibas. Es memorable su amor por México, su patria, es un amor de esos que ya no hay. Más de 20 libros y varias antologías conforman la obra de este mexicano universal”, dijo.
Enfatizó que fue un poeta viajero. Era un joven de 25 años cuando empezó a viajar por América Latina, apuntó además de destacar su trabajo como museógrafo.
Posteriormente, el dramaturgo Vicente Gómez Montero externó que leer la obra de Pellicer debería de ser el mejor homenaje, sin embargo pocos son los que conocen sus mejores versos.
Sus poemas del libro Cuerdas, percusión y aliento, por ejemplo, que dedica a los próceres de nuestra América, a los héroes de México y a los hombres de Tabasco, deberían de estar dentro de los más importantes momentos de la lírica universal, indicó.
“Pellicer no decae cuando se trata de loar a los héroes del hermetismo patrio. La poesía patriótica, esa de Cuerdas, percusión y aliento, es luz y fuego en él. La poesía de los héroes engalana en Pellicer. Él rige un poema donde ilustra los pueblos del motivo superior que son los héroes”, subrayó Gómez Montero.
Para finalizar, dijo que “conmemoramos un año más del deceso físico de El Poeta de América, pero nunca asistiremos a su deceso literario mientras sigamos siendo flor, fruto, agua, sol o mar”.
En tanto, el poeta español Juan Carlos Abril mencionó que como lector se acercó a Carlos Pellicer hace bastantes años, cuando era estudiante de Filología, y refirió que en el estudio de los contemporáneos siempre está el tabasqueño.
Expuso que Pellicer Cámara transitó por muchos estilos y hubo un cambio, el cual se puede rastrear en su obra. Sus primeros poemas en torno a 1915-1920, cuando él era un jovencito, están llenos de rasgos vanguardistas. La vanguardia era una especie de impulso que en el caso de Pellicer aunaba a diferentes visiones. También hay rasgos de expresionismo, futurismo, hay cierto cubismo y eso se puede ver en su primer estudio que publica en su primer libro.
Añadió que, el autor de Discurso por las flores, es el más grande sonetista de la poesía mexicana del siglo XX y de lo que va del XXI. “Creo que no hay alguno de su categoría”, agregó.
Por último, al recordar que Pellicer rescató varias piezas arqueológicas, leyó el poema Olmeca, del poeta cubano Eliseo Diego.
Seguidamente, en la explanada del Museo Regional de Antropología, fue depositada la ofrenda floral, que estuvo a cargo de Antonio Alberto de la Fuente Mora, director Editorial y de Literatura del Instituto Estatal de Cultura (IEC); de los poetas participantes del Encuentro; de los alumnos de la Escuela Primaria Manuela Josefa Padrón y del Centro de Estudios e Investigación de las Bellas Artes.