El líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente del Sur, Moon Jae-in, participaron ayer en una simbólica ceremonia para plantar un árbol, en el marco de la histórica cumbre que ambos celebraron en la frontera entre ambos países.
Kim y Moon abonaron y regaron un pino (considerado una suerte de árbol nacional en los dos países) y desvelaron una placa conmemorativa en la que se han grabado las firmas de los dos mandatarios y en la que se lee: “Estamos plantando paz y prosperidad”.
“Espero que como este árbol, nuestra relación se mantenga siempre verde, incluso en invierno”, dijo el líder norcoreano, tras concluir la ceremonia.
El pino germinó en 1953, año en el que se firmó el alto el fuego entre los dos países, las palas empleadas se hicieron con madera de un árbol típico del norte y con acero sureño y la tierra para abonar el árbol procede de los volcanes Halla y Paektu, los picos más altos y venerados a cada lado de la frontera.
El árbol se plantó además junto a un camino que en su día utilizó el fundador del grupo Hyundai, Chung Ju-yong (norcoreano de nacimiento), para visitar hace 20 años su pueblo natal y donar un millar de reses a Corea del Norte, cuando el país trataba de superar la durísima hambruna de los noventa.
Tras la ceremonia, ambos líderes dieron un corto paseo por un puente peatonal que hay en la frontera entre ambos países y se sentaron a charlar durante varios minutos, en un ambiente muy íntimo.