“El día que deje de trabajar, me muero”

A sus 72 años, Ernesto Carranza López es el ‘carretillero’ más longevo en la Central de Abasto, donde trabaja sin descansar desde las tres de la mañana hasta las 12 del día.

Don Ernesto compartió con Novedades de Tabasco que en varias ocasiones sus patrones lo han querido jubilar; sin embargo, dijo que no lo han logrado, ya que según sus propias palabras, si deja de trabajar, se muere. En el marco del Día del Trabajo, esta casa editorial presenta esta historia de esfuerzo.

Proveniente de un pueblito en el Estado de México pero casado con una tabasqueña, don Ernesto Carranza López empezó a trabajar hace más de 50 años. A pesar de haber enviudado, él no se detiene: sigue activo como si fuera el mismo joven de 22 años y desde los pasillos de las bodegas se le puede observar ir y venir con su carretilla alegremente, ya que los comerciantes lo consideran muy amable y con todos se lleva bien.

Sus compañeros le apodan cariñosamente “El Abuelo”, debido a su andar lento y a su cabello pintado de blanco por las canas, pero don Ernesto, a pesar de haber perdido a su esposa y encontrarse solo, no pierde el buen humor; comenta que el trabajo lo ayuda a relajarse, ya que moriría si no hace nada.

Otra de sus virtudes es que no sólo es carretillero sino un ‘mil usos’, pues acomoda la fruta, la estiba y también realiza está al pendiente de los clientes que llegan a comprar a su negocio.

Aunque reconoce que se siente tan bien al trabajar, al grado que hay veces que no quiere irse a su casa a dormir, don Ernesto Carranza López indicó que esta es su vida y así se piensa morir, cargando diariamente desde un bulto de papas hasta uno de cebollas o acomodando la fruta para su exhibición: “la lucha tiene que hacerse hasta lo último”, comentó al despedirse.

“Mis patrones han tratado de jubilarme varias veces, pero no he aceptado. Ya les dije que el día que el día en que yo deje de trabajar me voy a morir, así que aquí sigo, haciendo de todo”

Ernesto Carranza López

Carretillero