El plan conocido como “tolerancia cero” impulsado este mes por el fiscal general de Estados Unidos, el ultraconservador Jeff Sessions, ha provocado ya la separación de más de 650 niños de sus padres, según datos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Concretamente, entre el 6 y el 19 de mayo, un total de “658 niños y 638 adultos” han sido separados en la frontera sur del país con México, tal como explicó ayer el subdirector de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), Richard Hudson, en un panel del Senado sobre seguridad fronteriza.
“Son criminales”. Estos son los primeros datos que se hacen públicos después de que Sessions anunciara el 6 de mayo que considerará “criminales” y presentará cargos penales contra todos los extranjeros atrapados cruzando la frontera de forma clandestina.
Los adultos arrestados, en su mayoría padres, han sido puestos bajo custodia penal, mientras que los niños fueron enviados a refugios financiados con fondos federales.
“Huyen por miedo”. Los datos que hizo ayer públicos el gobierno de Donald Trump llegaron después de que la senadora demócrata por California Dianne Feinstein criticase que esta reglamentación pone en peligro el bienestar de los menores que, recordó, “huyen de sus países por miedo a ser secuestrados, maltratados, violados o, incluso, asesinados”.
El principal argumento de las autoridades migratorias presentes en el panel del Senado fue que las organizaciones criminales, como la MS-13 (Mara Salvatrucha), reclutan a sus miembros entre los menores que “cruzan ilegalmente” la frontera. El jefe de la Oficina de Detención y Deportación, Matthew Albence, dijo que en 2012, unos 60 menores detenidos en la frontera tenían lazos con la Ms-13.
Al escuchar estos números, el senador demócrata por Illinois Dick Durbin rebatió al funcionario republicano al señalar que unos 250 mil menores no acompañados cruzaron la frontera sur del país. “Tenemos que mirar estos datos con perspectiva. La inmensa mayoría de los niños que viene a este país huyendo de Guatemala, Honduras y El Salvador lo hace por la violencia de su país, no para unirse a bandas”, apuntó.
El senador lamentó que Trump decidiera terminar el año pasado con un programa (Libertad Condicional) que permitía solicitar estatus de refugiado a niños y jóvenes inmigrantes que huyen de la violencia en Centroamérica desde sus propios países, sin tener que cruzar irregularmente la frontera.
Según Durbin, acabar con ese plan migratorio “únicamente da más oportunidades a las bandas criminales para seguir reclutando a jóvenes” que intentarán llegar a EU ilegalmente.