De entre los restos quemados de viviendas que dejó la violenta erupción del Volcán de Fuego, rescatistas han logrado sacar a unos cuantos sobrevivientes y varios cadáveres, y aunque se han contado 69 fallecidos se prevé que la cifra aumente debido a que en algunos caseríos la gente no tuvo tiempo para huir.
Con palas y maquinaria pesada, los rescatistas buscaban entre los escombros y el lodo un día después de la erupción y en un terreno todavía tan caliente que podía fundir las suelas de los zapatos.
Los rescatistas, además, se vieron obligados a usar mazos para romper techos de casas enterradas entre los escombros para intentar ver si había alguien atrapado. Y cada que lograban levantar o atravesar un techo, surgía un vapor espeso.
Los cuerpos localizados estaban tan cubiertos con ceniza que parecían estatuas.
Fanuel García, el director del Instituto Nacional de Ciencia Forense, dijo que se han recuperado 69 cuerpos y de ellos se han identificado a 13.
“Nos está costando mucho identificarlos porque algunos de los fallecidos perdieron sus facciones o las huellas digitales” por los flujos ardientes que salieron del volcán, dijo. “Vamos a tener que recurrir a otros métodos antropológicos y si es posible tomar muestras de ADN para identificarlos”.
El volcán, ubicado al oeste de la ciudad de Guatemala, hizo erupción el domingo con nubes de ceniza caliente mezclada con agua y escombros que bloquearon las carreteras y dejaron varias viviendas en llamas. Según los expertos la explosión fue la más violenta en 40 años.
El flujo piroclástico, una mezcla de agua y lodo hirviendo que bajaba del volcán, y el humo tóxico que lo precedía, eran letales.
Hilda López relató que el barro volcánico arrasó su pueblo de San Miguel Los Lotes, justo debajo de los flancos de la montaña. Todavía no sabe dónde están su madre y su hermana.
“Estábamos en una fiesta, celebrando la llegada de un bebé, cuando una vecina nos llamó a gritos para que fuéramos a ver que la lava ya venía. No le creímos y cuando salimos a ver el lodo caliente ya venía bajando por la calle”, dijo López.
“Allá se quedó mi mamá, no pudo salir”, añadió la mujer.
A Joel González, el esposo de López, también le falta su padre. “Se quedó enterrado allá, en la casa”, señaló. Al parecer el hombre no pudo salir de la vivienda que quedó en el camino de uno de los ríos de flujo piroclástico.
Las autoridades guatemaltecas dicen que monitoreaban de cerca el Volcán de Fuego, uno de los más activos de Centroamérica, después de que se registró actividad eruptiva alrededor de las 6 de la mañana del domingo.
En años recientes, el volcán ya había registrado una serie de erupciones menores, y en esta ocasión las autoridades tampoco habían ordenado ninguna evacuación porque sus científicos les reportaron que la actividad parecía disminuir.
La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (CONRED) de Guatemala emitió varios mensajes precautorios, como que la gente usara mascarillas, que limpiaran sus techos de ceniza una vez que acabara la erupción y que taparan comida y agua. También pidió a la gente seguir cualquier recomendación de las autoridades. Además, el aeropuerto internacional de la Ciudad de Guatemala fue cerrado ante los riesgos para los aviones.
El vocero de la CONRED, David de León, dijo a The Associated Press que alrededor de las 2 de la tarde del domingo el volcán registró una nueva explosión, más fuerte.
Muy pronto, flujos piroclásticos avanzaron por los flancos del volcán, bloqueando caminos y quemando casas.
“Se desplazó de una forma mucho más rápida. Esto llegó a comunidades ya cuando se estaban generando las alertas de evacuación”, dijo De León.
Algunas comunidades lograron evacuarse. Sin embargo, en lugares como Los Lotes y la comunidad de El Rodeo, a unos 12 kilómetros del cráter, fue muy tarde para muchos.
Los flujos piroclásticos alcanzaron a algunas personas en sus casas o en las calles, donde las temperaturas alcanzaron hasta 700 grados centígrados.
Rafael Letrán, un habitante de El Rodeo, criticó a la CONRED por no evacuar antes a las comunidades.
«Cuando la lava ya estaba allí pasaron en sus camionetas y nos dijeron que nos fuéramos, pero los carros no se detuvieron para recoger a la gente», dijo. «El gobierno es bueno para robar, pero cuando se trata de ayudar a las personas carecen de chispa».
De León dijo que la CONRED siguió los protocolos.
“Nosotros desde que recibimos la información a eso de las 6 de la mañana que el volcán estaba en fase de erupción, se inició el procedimiento que es verificar en los diferentes sectores y también hablar con las comunidades, con líderes comunitarios”, dijo. “Tuvimos la información siempre de nuestro servicio científico y ellos nos decían que la tendencia era que estaba disminuyendo la actividad”.
En El Rodeo soldados cubiertos con máscaras azules para protegerse del polvo montaban el lunes guardia detrás de una cinta amarilla que acordonaba la escena, mientras trabajadores con cascos naranjas operaban una retroexcavadora.
Las autoridades dijeron más temprano que habían logrado rescatar a 10 personas con helicópteros de algunas áreas afectadas por los flujos. Según la CONRED, se habían evacuado a 3.265 personas.
El gobierno también ha reportado que 1,7 millones de personas habrían sido afectadas de distintas maneras, incluida la caída de ceniza.
El presidente Jimmy Morales recorrió el área del desastre.
El Volcán de Fuego, uno de los más activos de Centroamérica, alcanza una altitud de 3.763 metros sobre el nivel del mar en su punto más alto.