En el próximo debate en Mérida, Yucatán, los cuatro candidatos a la Presidencia deben exponer con claridad cuáles serán las políticas públicas y los mecanismos que se utilizarán para lograr un beneficio real de los hogares y reducir así la pobreza.
Así lo consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), al señalar que las propuestas se deben centrar en estimular la inversión para incrementar la capacidad de generación de empleo, como el principal factor para reducir la pobreza.
El organismo del sector privado expuso que si bien se observan mejoras en algunos indicadores de carencias, como en servicios de salud, es evidente que el número de personas inmersas en algún nivel de pobreza sigue siendo elevado.
En su análisis económico semanal, el CEESP apuntó que también son necesarias propuestas con visión de mejorar la calidad de vida de la población, lo que implica tener medidas concretas en materia de hacer más eficiente la asignación de los recursos públicos.
Hasta ahora la calidad del gasto no ha reflejado un beneficio real para los hogares, toda vez que los recursos destinados al gasto social no han sufrido modificaciones después de las transferencias gubernamentales, apuntó.
En ese tenor, el CEESP apuntó que en el país se tienen inventariados seis mil 489 programas y acciones de desarrollo social -152 federales, dos mil 528 estatales y tres mil 811 municipales-, pero no han tenido el efecto adecuado para mejorar el bienestar de las familias.
Sólo el presupuesto ejercido en los programas y acciones federales fue de 875.5 mil millones de pesos durante 2017, lo que representó 17.7 por ciento del gasto total. “Si se consideraran los primeros cuatro deciles de hogares para que recibieran dichos recursos, es decir, más de 13 millones de familias, esto representaría un ingreso anual para cada una de ellas de 65 mil pesos”, refirió.
Además de las propuestas en materia de inversión para estimular el crecimiento y el empleo, confió en que los candidatos presidenciales aborden con mayor claridad los mecanismos que contribuyan a elevar la eficiencia de los programas sociales.
De la eficiencia que tengan estos programas depende el bienestar de los hogares, y no como ya hemos mencionado, de programas que solo tienen un objetivo asistencial o de aquellos que representan compromisos políticos”, manifestó.