Pese a que México es líder mundial en consumo de bebidas gaseosas con un promedio de 163 litros por persona al año, y que entidades como Tabasco tienen un clima que genera las condiciones idóneas para la ingesta de este tipo de refrescos, la recaudación del Impuesto Especial a cervezas y refrescos no se recupera y muestra de ello es la caída que registró en el primer cuatrimestre del 2018.
Por ende, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ‘castigó’ a los 32 estados del país con la repartición de menos recursos derivados de ese concepto, de acuerdo con estadísticas consultadas en la página de Transparencia de esa dependencia federal.
De enero a abril de este año, el Servicio de Administración Tributaria (SAT), recaudó 8 mil 612.6 millones de pesos por concepto del Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios, el cual se paga sobre cervezas y bebidas refrescantes.
Sin embargo, la distribución de recursos por ese concepto a las entidades federativas en los primeros cuatro meses de este año alcanzó los 4 mil 450 millones de pesos, mientras que en el mismo periodo del 2017 fue de 4 mil 400 millones, según Hacienda.
Particularmente, en el caso de Tabasco, entre enero y abril del 2018, sólo recibió 65. 9 millones de pesos derivado del IEPS, es decir, 13.3 millones de pesos menos comparado con lo que obtuvo en el mismo lapso de 2017, que fue de 79.2 millones de pesos.
La disminución por la captación de ese arancel es un fenómeno que se presenta desde 2017. Ese año la dependencia estimó obtener 24 mil 556 millones de pesos pero sólo ingresaron 23 mil 162 millones de pesos, es decir, mil 393 millones de pesos menos de lo previsto.
La aplicación de un peso por litro a bebidas saborizadas se creó y fue aprobado por el Congreso de la Unión en 2013 y comenzó aplicar en enero del año siguiente.
COMIDA CHATARRA
El refresco es uno de los productos más demandados en el país. Según cifras de la Secretaría de Economía (SE) y del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI), el consumo per cápita de sodas de los mexicanos es de 163 litros al año, lo que equivale a poco menos de medio litro al día.
Por ello, el gravar las bebidas azucaradas como una política pública para reducir su consumo y disminuir la prevalencia de sobrepeso, obesidad y otras enfermedades relacionadas, se ha implementado al menos en 19 países con buenos resultados.
Según datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares (ENIGH) del INEGI, en 2010 se destina entre el 7.5 y 12 por ciento de los ingresos de las familias a la compra de refrescos, aguas y jugos embotellados, destacando una mayor demanda los de cola, que cubren 70% del mercado.
Estudios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), asientan que en el mercado local hay una serie de productos chatarras y entre los diez de mayor consumo destacan los refrescos embotellados, los cereales en caja, pastelitos, frituras, gelatinas y dulces, entre otros.
Los refrescos embotellados forman parte de este grupo, ya que tienen un alto contenido en azúcares, además de contener colorantes, cafeína y ácido carbónico, el cual compite con el calcio en el hueso del niño, generando su descalcificación, lo que redunda en un menor crecimiento.
En el caso de los pastelitos y frituras, éstos se han convertido en productos dañinos para la salud, ya que son preparados con harinas, azúcar, colorantes y aceite hidrogenado, los cuales sueltan sustancias que son cancerígenas, aunado a la sal en exceso y colesterol.
Las gelatinas también son un producto altamente consumido por los menores, este se agrupa dentro de las listas de alimentos chatarras, ya que a decir de especialistas, contiene aditivos, colorantes y azúcar blanca, la cual suele ser digerida más rápido por el organismo.
Ineficaz, el impuesto a refrescos: ANPRAC
Agencias
La Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonadas (ANPRAC) aseguró que el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas soborizadas ha sido ineficaz.
Tras darse a conocer la recaudación de este impuesto en el mes de febrero de este año, la ANPRAC puntualizó que no se han logrado disminuir los índices de obesidad y sobrepeso.
De acuerdo a la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP), al segundo mes del año, se recaudaron mil 233.9 millones de pesos por concepto de IEPS; en tanto, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dijo que las ventas acumuladas de refresco en ese periodo registraron un incremento de 0.29% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
A través de la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera, las ventas acumuladas de refresco en el país, al mes de febrero de este año, ascendieron a dos mil 716 millones de litros.
Esto significa que la recaudación acumulada –tomando en cuenta únicamente IEPS- desde su implementación en enero de 2014 hasta febrero de 2018, asciende a 89 mil 990 millones de pesos.
La ANPRAC precisó que los mexicanos en promedio ingieren tres mil 72 calorías promedio, y que el refresco representa 5% de la ingesta calórica diaria.
Durante 2017, la industria refresquera nacional generó un valor de producción equivalente al 1.3% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional y en los últimos cinco años ha invertido más de 730 millones de pesos en programas de responsabilidad social.
UN ‘DULCE’ NEGOCIO
163 litros por persona el consumo pércapita de refrescos en México
23,162 millones de pesos, la recaudación anual del IEPS
8,612 millones de pesos, lo recaudado en el primer cuatrimestre de 2018
4,450 millones de pesos repartió la SHCP a las 32 entidades federativas
65.9 millones de pesos le correspondieron a Tabasco
CADA VEZ MÁS GORDOS
Según las estimaciones de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) en Tabasco, hay 1.9 millones de personas obesas con mayor prevalencia en zonas urbanas, así como en las mujeres y lamentablemente la estadística sigue creciendo.
La obesidad ha alcanzado a la población de zonas rurales, al pasar de una prevalencia del 61.1% en 2012 a 67.5% en 2016, mientras que se estabilizó en zonas urbanas, en las que se mantiene en un nivel elevado (69.9%).
Se determina que una persona padece de obesidad grado I cuando su Índice de Masa Corporal (IMC) es entre 30 a 34.9, la obesidad tipo II es un exceso de grasa subcutánea en el tronco y en el abdomen con un IMC de 35 a 39,9 mientras que la obesidad tipo III es la mórbida y más peligrosa que se justifica con exceso de grasa abdominal visceral con un IMC de más de 40.